En España, el plan de estabilización del 54 abrió el camino a la industrialización del Estado, industrialización que se realizó en base a bajos salarios, control de la clase obrera por el régimen, emigración hacia el resto de los países europeos y proteccionismo oficial. De esta forma, casi treinta años después podemos hablar de que la España de hoy está fundamentalmente integrada en la civilización occidental, es decir, nuestro sistema de producción, las contradicciones que vive la población dentro del sistema, son básicamente coincidentes con la realidad europea.