Eslabón perdido

Nuestra revista del Nov.12 entrevistaba al ya “hombre de moda” -Albert Rivera- en una respuesta él se reconocía continuador de la tradición regeneracionista española, una línea continua que desde Jovellanos sigue con Costa y se afirma con el liberalismo ilustrado de la Institución Libre de la Enseñanza de Giner de los Ríos y con su considerable influencia cultural en el mundo universitario y de la sociedad civil de la anteguerra. Dalí, Buñuel, Lorca estudiaron en la mítica Residencia de Estudiantes, allí estuvieron: Eve Curie y A. Einstein.

La guerra civil acabó con intelectuales, -muertos o exiliados- si bien muchos continuaron su influyente labor en el país, la Residencia se convirtió en el Inst. Maeztu y la ILE sustituida por el Opus allí y en el CSIC. El equipo de basket “Estudiantes” del actual Instituto es junto con su calidad educativa, la leve persistencia del mensaje institucionalista. La Transición puso en valor la cultura del pacto y la cultura de la tolerancia al contrario. Ayudó a superar las secuelas de la postguerra. Algunos aún hablan de rojos y azules, de “progres” y “fachas” en inútil debate.

No así en la extensa entrevista en que Rivera - tribuno ciudadano- se sacudía la imagen de superficial, recordando los partidos reformistas en toda la UE y su aportación a los cambios reales de sus países. Dos años después con magros recursos -C’s-crece en toda España desde Cataluña, otra zona donde el reformismo hispano anidó de siempre: ¿qué eran si no Prim, Figuerola, Pi i Margall, Cerdá y tantos otros…? Así pues convendrán que a la necesaria reforma de la actual casta política se le pueden ir colgando eslabones aparentemente perdidos y ahora recobrados... III