Los huertos fronterizos

El torrente no hace posible el acceso desde “Can Carreras” a los escalonados huertos comunitarios, surgidos de cesiones municipales y privadas por 7 años. El proyecto se ha desarrollado en dos años y se ha concebido con criterios ecológicos y sostenibles.

El Área metropolitana, de funcionar “Can Pinyol”, tiene la intención de repetir la experiencia en otras zonas donde proliferan huertos “ocupados” ilegales, próximos al Llobregat en donde existen, arruinando el paisaje ribereño y haciendo difícil el fluir natural del río en algunos puntos. Un comité de disciplina y un agrónomo velarán por el mantenimiento del nuevo espacio y la capacitación de los hortelanos: ciudadanos jubilados, en estado de necesidad y de entidades sociales.

El acto se desarrolló con un “timing” ajustado y entre los parlamentos, destacaron los del Sr. Padrós de la Fundación Marianao que recibió el encargo de desarrollar el aplicativo. Aludió a los “lobbys” y al poder generador de la agricultura. Hubo un almuerzo popular, bien organizado al aire libre.

Mientras se departía, era imposible evitar el mirar hacia “Can Carreras”, un ejemplo de tolerada mala praxis cooperativa en su aventurado periplo y no recelar de la desidia en resolver a favor del interés público, el “okupado” y próximo gran caserón de “Can Xixol”, actualmente en uso de un grupo incontrolado. Serían cada una a su manera las dos fronteras de la nueva zona de huertos: el interés privado urbanístico de “Can Carreras” y el desinterés público en: “Can Xixol”.

Por suerte el principio del liberal Voltaire en su “Cándido” -de cultivar nuestro huerto-, se cumplirá en “Can Pinyol”, no el del coronel Macià:“una caseta i un hortet”.