“Nuestra hermana pequeña” es la película perfecta, una obra maestra, una gran reflexión sobre la vida con poesía, emoción, encanto y vitalismo. Es el film más redondo y emocionante del japonés Hirokazu Koreeda (Tokio, 6 de junio de 1962).
“La belleza es el esplendor de la verdad”. Platón
¡Arigato, Koreeda!
“Nuestra hermana pequeña” es la película perfecta, una obra maestra, una gran reflexión sobre la vida con poesía, emoción, encanto y vitalismo. Es el film más redondo y emocionante del japonés Hirokazu Koreeda (Tokio, 6 de junio de 1962).
Hirokazu ha logrado una película totalmente armónica, donde todo brilla, comenzando por un guión que firma el propia director, basado en el manga (comic o novela gráfica si se prefiere) de Akimi Yoshida, en el que no hay ningún flashback, nada entorpece la narración lineal que nos permite ir conociendo a las 4 hermanas protagonistas, que nos acaban enamorando, que nos permite disfrutar de la trama. Todos los personajes principales son diferentes, han debido sobreponerse a la desgracia y disfrutan de su cotidianidad, se apoyan, se quieren, cada una de las hermanas a su manera. El tono melancólico fluye de forma espontánea, sin ningún tipo de maniqueísmo, ni truculencia, en las antípodas de la cursilería. Los diálogos son magistrales y van más allá de las imágenes.
“Nuestra hermana pequeña” tiene mirada propia, singular, en ella podemos ver la sabiduría de su director que le podría relacionar con trabajos de cineastas tan talentosos como el coreano Hong Sang-soo, el mejor Zhang Yimou, el Brillante Mendoza de “Lola” o el Ang Lee de “Comer, beber, amar”
El film que nos ocupa se acerca a la verdad pero no lo hace como si fuera un documental sino que apuesta totalmente por lo cercano, por lo cotidiano, por articular un mensaje propia que permita varias visiones.
Un gran reparto
Es un gran hallazgo el reparto. Todos los intérpretes dicen verdad, desde la cercanía, todos están brillantes, pero muy especialmente las 4 hermanas: Haruka Ayase, Masami Nagasawa, Suzu Hirose y Kaho. Es muy difícil encontrar un film con interpretaciones como las de estas 4 jóvenes que, además de ser bellísimas y enamorar a la cámara, muestran una verdad magnífica con sus gestos, sus voces, sus miradas. Hay que destacar a Haruka Ayase que interpreta a la hermana mayor a la que le robaron la infancia y tuvo que encargarse de cuidar a sus dos hermanas menores, y eso no le impidió ir a la universidad y conseguir ser una enfermera de éxito.
La alegría de vivir
Viendo “Nuestra hermana pequeña” se tiene la sensación de que la sociedad japonesa entiende mejor la vida que la nuestra y, por lo tanto, entiende mejor la muerte.
En nuestro país, por ejemplo, parece impensable ver un partido de fútbol en un campeonato, o en la escuela, con equipos mixtos, en los que las chicas son valoradas totalmente.
Con elementos dramáticos, este gran trabajo de Koreeda y todo su equipo, transmite la alegría de vivir, valora la cultura del esfuerzo y ofrece una visión del mundo muy valiosa. Todas las sub tramas funcionan, no hay ningún momento de relleno.
Sachi, Yoshino y Chika son tres hermanas que viven en Kamakura (Japón), en la casa de su abuela. Un día reciben la noticia de la muerte de su padre, que las abandonó cuando eran pequeñas. En el funeral conocen a la hija que su padre tuvo trece años antes y pronto las cuatro hermanas deciden vivir juntas.
Escenas
Hay muchas escenas magníficas en “Nuestra hermana pequeña”, casi todas lo son, pero me gustaría destacar 5. El momento en que aparece por primera vez la hermana pequeña, la despedida de la madre de la hermana mayor tras su visita al cementerio, la primera vez que vemos a la hermana mayor en su trabajo, el paseo en bicicleta entre la hermana menor y su compañero de clase en bicicleta, y muy especialmente la final, en la que las 4 hermanas conversan tranquilamente en la playa sobre su futuro, sobre cómo serán sus vidas en unos años.
Después aparecen los títulos de crédito y la película termina. Nos invade una gran tristeza, querríamos conocer más cosas sobre las 4 hermanas, sobre sus vidas.
La película nos ha dejado huella, nos ha conmovido, algo que es maravilloso pero que, desgraciadamente, sucede en pocas ocasiones.
“Nuestra hermana pequeña” me ha hecho recordar a otra obra maestra, “La hermosa juventud” de Marco Tullio Giordana. Es una de las mejores películas de los últimos años. ¡Arigato, Koreeda!
Coincido totalmente con mi buen amigo Oti Rodríguez Marchante, Koreeda solo sabe hacer películas buenas o buenísimas, y esta es de la segunda tipología. Estamos ante un trabajo que demuestra que el cine es el Séptimo Arte, que durante sus 128 minutos transmite belleza y sabiduría, que se hace corto y te deja con ganas de más.
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