Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas cuatro de cada diez españoles tienen serios problemas para satisfacer el pago de las deudas contraídas con las entidades financieras. Un elevado porcentaje de ellos fueron arrastrados por la burbuja inmobiliaria y afectados por las bajadas de sueldo que se han registrado en los años de crisis económica.
El informe sobre el endeudamiento de las familias elaborado por la Agencia Negociadora sostiene que alrededor del 32% de los endeudados tiene hipoteca y tres créditos, y un 23% dispone además de tres tarjetas.
Entre los productos contratados, los créditos rápidos y las tarjetas representan el mayor esfuerzo de pago. En esa situación conviene afrontar el problema para evitar que aumente la deuda en forma de intereses de demora y descubiertos, además de impedir ser incluido en un fichero de morosos. Como alternativas se pueden contemplar la reunificación de deudas o los microcréditos. Se trata en definitiva de negociar con el Banco para conseguir un alargamiento del préstamo, una reunificación o refinanciación de deudas.
Una de las opciones que se antojan favorables para lograrlo consiste en presentar una oferta de la competencia, con la finalidad de forzar una mejora de las condiciones del préstamo. Puede que con ello se consiga suprimir alguna de las vinculaciones exigidas inicialmente al formalizar la hipoteca, como la obligatoriedad de suscribir seguros, tarjetas y otros productos. No obstante, conviene tener presente que un cambio de entidad comportará gastos de cancelación y otros por diferentes conceptos como registro, notaría e impuestos vinculados.
En el actual entorno de tipos bajos, si el préstamo se constituyó con un diferencial alto, la repercusión de conseguir aplicar un diferencial inferior será significativa. La otra alternativa basada en proponer ampliar el plazo del préstamo supondrá reducir el importe de la cuota, aunque comporte el pago de más intereses como consecuencia de aumentar el plazo de amortización.
En cuanto a la reunificación de deudas consiste en agrupar todos los créditos en uno en el que se apliquen intereses más bajos. Así, a un cliente con casa en propiedad, en que una parte importante de sus deudas sea a corto plazo, en forma de tarjetas o créditos rápidos, le interesa agrupar sus deudas, dado que el ahorro de intereses suple el sobrecoste que va a suponer agrupar los créditos.
Tras la reunificación de deudas, el ahorro reside en que, al desembolsar menos cada mes, mejora la capacidad del cliente para amortizar la hipoteca, pudiendo cerrar la operación en positivo si devuelve el préstamo antes del plazo establecido.
Finalmente, el recurso de solicitar un crédito rápido se sugiere para el caso de encontrarse en una situación extrema y de baja cuantía, aunque no se aconseja solicitar un préstamo para pagar otra deuda. Por tanto, puede resultar útil para resolver una situación puntual. En estos casos como ventajas cabe señalar la rapidez para conseguirlo, sin tener que ofrecer demasiadas garantías de solvencia en algunas entidades, aunque penalizado por el elevado coste de los intereses, que en caso de demora se incrementan considerablemente. Por tanto, como conclusión indicar que en caso de no poder afrontar el pago de las deudas resulta fundamental renegociar con el Banco las condiciones previamente fijadas, dado que las entidades financieras prefieren cobrar a incrementar el volumen de impagos.
Otras alternativas serán la reunificación de deudas o los microcréditos, en casos puntuales. III