Desde la 11ª Asamblea Nacional de Iniciativa per Catalunya celebradra en Viladecans, en 2013, el partido ya baraja la necesidad de sumar a partidos de la izquierda si quieren tener un papel decisivo. Tras el éxito de Podemos en las europeas, se multiplican los interesados en este partido, pero no da tiempo a presentar una propuesta conjunta en las municipales de 2015.
Esto deja en el Baix Llobregat, por un lado, a Iniciativa con 82 concejales y seis alcaldías, mientras que, por otro, proliferan distintas agrupaciones de electores bajo el paraguas de Podemos o Guanyem, que también obtienen representación. De haber ido juntos, el PSC hubiera perdido la mayoría absoluta en Sant Joan Despí, Movem tendría una mayoría más holgada en Castelldefels y, quizá, en Sant Vicenç dels Horts hubieran evitado la alcaldía de Junqueras.
En este contexto y para evitar que esto vuelva a ocurrir, Iniciativa per Catalunya del Baix Llobregat celebra este 22 de octubre su 8ª Asamblea de la que saldrá la apuesta firme por traer al ámbito local la estrategia de confluencia de partidos con el objetivo de ser una fuerza hegemónica y decisiva en las próximas municipales de 2019.
Apuesta unánime
Tienen el aval de las últimas elecciones autonómicas, pero, sobre todo, el de las Generales, en donde la candidatura ‘En Comú Podem’ venció a nivel comarcal logrando en ambas ocasiones el célebre ‘sorpasso’. Y no por poco. La candidatura morada fue, el 20 de diciembre, primera fuerza en los 31 municipios del Baix Llobregat y L’Hospitalet; algo que casi repite el 26 de junio. “Es prioritario que lideremos este proceso de construcción de un nuevo sujeto político en el que estamos trabajando”, dice la actual co-coordinadora de ICV y alcaldesa de Castelldefels, Candela López. “Veo la asamblea con mucho optimismo. Es una gran oportunidad para reflexionar políticamente. Si queremos ser una fuerza de referencia social, comprometida con el bienestar de las personas y las políticas de progreso, no lo podemos conseguir solos”, dice Lluís Tejedor, alcalde de El Prat. “Venimos de ganar dos elecciones en la comarca. Tenemos que buscar el máximo de alianzas a la izquierda del PSC para ser hegemónicos y tener un discurso ganador al servicio de la mayoría social del Baix”, dice, por su parte, Jordi San Jose, alcalde de Sant Feliu.
El espíritu es unánime, aunque no por ello el objetivo será fácil de lograr. “Lo más confortable sería no complicarse la vida. Pero no estamos en política para eso. Será contradictorio, complejo, difícil, somos conscientes. Y se traducirá de maneras distintas en las ciudades. Pero es nuestro objetivo y lo compartimos con otras fuerzas”, apunta Tejedor. “Con la cabeza, la apuesta es unánime; con el corazón, depende de cómo haya ido por municipios”, dice San José sabedor de que será difícil en algunas ciudades concretar la confluencia. “A mí mismo me han pedido la dimisión por alguna cuestión. Pero más allá de esto, todos vemos que es el camino. A nivel personal va por barrios, pero en la cabeza lo tenemos claro”.
Efectivamente, la consolidación de la confluencia a nivel catalán y que, luego, se traslade al ámbito local puede tener la tradicional guerra de egos de la izquierda. El hasta ahora co-coordinador del partido en el Baix, Arnau Funes, lo tiene claro: “Si funcionamos todo a base de cuotas, acabaremos como Izquierda Unida”. Más si cada partido hace por mantener su parcela e ir a su deriva, tal y como hemos visto en este 11 de septiembre, sobre todo, con un Podem Catalunya muy volátil y tomando decisiones a la ligera, sin tener en cuenta al resto de posibles socios de partido.
Este es uno de los dos problemas que puede tener, fundamentalmente, la apuesta por la confluencia. Las diferencias entre las distintas agrupaciones. En este sentido, la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, es el principal activo de unión, más después de salir públicamente y cerrar filas en defensa de Iniciativa y su trayectoria.
La otra cuestión se da en el ámbito local y tiene que ver, uno, con las divisiones y luchas internas que se han dado en las agrupaciones locales de partidos paraguas de Podemos o Guanyem; y, dos, la diferente naturaleza de la que provienen algunos miembros de estas agrupaciones locales, los cuales están más cerca a partidos como la CUP que no tanto a Iniciativa.
En estos meses de legislatura, hemos visto como concejales de estas agrupaciones pasaban a ser no adscritos por las diferencias internas del partido y, en este litigio, hasta presentar mociones vía urgencia para hacerlo antes que su ex compañero o compañera de partido. O, también, querer echar del partido al concejal con representación por no asumir sus responsabilidades. En paralelo, sigue muy presente la actuación de los dos concejales no adscritos de L’Hospitalet que, en principio, se presentaban para romper con el ‘status quo’ de la vieja política y, ahora, tras romper con Guanyem, son socios de gobierno con el PSC.
Iniciativa lo achaca a falta de experiencia institucional y habla de casos puntuales. En cualquier caso, este es el reto del partido: lograr aunar la izquierda bajo una misma confluencia sumando la experiencia política de unos y el tirón de otros para ser “decisivos” en el nuevo ciclo electoral de las municipales de 2019.
López y Gil, nuevo tándem
Más allá de sembrar las bases de la nueva estrategia del partido, la 8ª Asamblea de ICV en el Baix servirá para la renovación de los cargos. Tal y como avanzamos en la edición digital de El Llobregat, Arnau Funes no optará a la reelección. Será su compañera de equipo, Candela López, con la que estrenó la estructura bicéfala de la coordinación del partido, la encargada de liderar esta nueva senda de ICV. Y lo hará junto a Jordi Gil, concejal en Sant Vicenç dels Horts, quien ya ha confirmado su candidatura.
El tándem López-Gil será la única propuesta y, por tanto, ellos serán los nuevos coordinadores del partido a nivel comarcal. “Estos años nos han servido para fortalecer nuestras organizaciones locales. Hemos crecido en cuanto a municipios y hemos trabajado las primeras confluencias. El balance es positivo y tenemos un bagaje”, explica López para El Llobregat. “Toca ponernos manos a la obra y concretar hacia donde tenemos que ir”.
En este sentido, uno de los primeros cambios será crear nuevos equipos de trabajo con distintos representantes de la organización territorial para trabajar colectiva y coordinadamente en la creación de este nuevo sujeto político. La apuesta por la confluencia en el Baix no es una cuestión menor a nivel nacional. Con 82 concejales, media docena de alcaldías y más de mil militantes en el territorio (solo 15 menos que en Barcelona), la organización ecosocialista en el Baix es la territorial más influyente junto a la de Barcelona en la dirección nacional de Iniciativa per Catalunya. III