En L’Hospitalet se están consolidando 2 modelos contrapuestos. Por un lado está el modelo del PSC de Núria Marín, que es un proyecto agotado, que se ha quedado obsoleto y que no deja de ir acumulando vicios. No entienden que los tiempos han cambiado, son inmovilistas y pretenden gobernar como si todavía tuvieran el rodillo de las mayorías absolutas.
Desde C’s intentamos hacer una oposición constructiva, llegar a acuerdos y empujarles a la senda de la renovación y regeneración que la sociedad reclama. Pero no hay manera: no quieren cambiar. Prefieren intentar gobernar de espaldas al pleno o directamente, con el dinero de todos, comprar los votos que no consiguieron en las urnas (los concejales tránsfugas que han engrosado sus filas) antes que asumir que hay cosas que deben cambiar.
Su principal objetivo es conservar el poder porque el poder se ha convertido en su modo de vida. Tantos años en el poder ha hecho que se crea que el Ayuntamiento, la ciudad, sea su patrimonio, su hacienda, su cortijo. Y como tal la administra. Por eso no le importa haber subido casi un 30% el IBI en lo peor de la crisis. Y así con una población mayormente trabajadora, soportamos un tipo de gravamen más alto que Barcelona, creando el sinsentido de que tengamos impuestos de ricos para pisos de pobres. Han equilibrado el presupuesto de la forma más simple: yendo a los bolsillos de los ciudadanos y aun se permiten presumir de un superávit de 20 millones.
Mientras tanto, durante todos estos años, han ido tejiendo una tupida red clientelar, copando entidades con gente afín, usando las subvenciones con fines más electoralistas que por el bien común (es decir, con la calculadora en la mano de quién me va a traer más votos), concediendo prebendas, dádivas, carguetes, ahogando la participación real discriminando los que sean incómodos. Y no solo eso, han acabado abusando de la administración para premiar a personas por interés político. A veces parece que la han convertido en una agencia de colocación. ¿Cuántos amigos, familiares, afiliados de distinta condición han accedido a la administración independientemente del mérito y capacidad?
El PSC vive de espaldas a las necesidades reales de los ciudadanos de L’Hospitalet. Núria Marín está empeñada en construir una ciudad que le dé visibilidad y así salir en las portadas. Una ciudad escaparate a espaldas de sus ciudadanos. Ya se han olvidado de que España fue un terreno abonado de grandes proyectos faraónicos que absorbían recursos públicos en los años locos de la burbuja, cuando políticos de todo signo promovieron obras desproporcionadas para satisfacer su vanidad como para favorecer el capitalismo de amiguetes. Hasta el mismo Corbacho se lo ha advertido en una reciente entrevista en El Llobregat. Hay que cambiar de políticas, promover una política centrada en las personas, porque el modelo del PSC está generando un L’Hospitalet a dos velocidades. Los hospitalenses no se pueden permitir que su ayuntamiento derroche sus recursos en los caprichos de la alcaldesa mientras ven como sus barrios se degradan. Las inversiones tienen que estar orientadas a atender las necesidades de los ciudadanos de L’Hospitalet
Por eso el modelo de Cs pretende un L’Hospitalet para las personas, con barrios dignos y políticas sociales que garanticen la igualdad de oportunidades. El modelo de Cs está centrado en hacer un Ayuntamiento al servicio los ciudadanos de L’Hospitalet y no al servicio de los políticos. Por eso hemos hecho tanto hincapié en la transparencia, en acabar con privilegios injustificables como tarjetas de aparcamiento, entradas gratuitas a conciertos o la no justificación de las subvenciones a los partidos. Por eso hemos insistido en la transparencia de los servicios funerarios, por ejemplo, para que no esté al servicio de la recaudación sino para garantizar un servicio público en uno de los peores momentos por los que puede pasar una persona: el fallecimiento de una persona querida.
El modelo de Cs tiene claro que hay que priorizar la inversión en los barrios, para que no se queden atrás, para hacerlos más confortables, para hacer de ellos espacios de convivencia. Por eso hay que hacer más zonas verdes, reducir la polución, los ruidos y no llenar la ciudad de más cemento. El modelo de Cs tiene claro que lo más importante son las personas. Hay que apostar por los ciudadanos de L’Hospitalet, para que puedan dar lo mejor de sí mismos, para que puedan tirar hacia delante su proyecto de vida. Por eso hay que hacer una política de vivienda verdaderamente social, con un parque de vivienda de alquiler social y asequible para que acceder a una vivienda no sea misión imposible. Por eso hay que apostar por la educación para asegurar la igualdad de oportunidades para que ningún niño se quede atrás. Por eso hay que apostar por las políticas sociales para que entre todos ayudemos a levantarse al que haya pasado por un momento difícil.El modelo de Cs es renovador, regenerador, de progreso. Es el futuro al que se resiste el gobierno de L’Hospitalet, el gobierno de Núria Marín.III