El conseller de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, y los alcaldes y alcaldesas de las poblaciones de Abrera, Jesús Naharro; Olesa de Montserrat, Pilar Puimedon; Terrassa, Jordi Ballart; y Viladecavalls, Cesca Berenguer se han reunido en la sede del Departamento para reclamar al Ministerio de Fomento que acelere las obras para finalizar el último tramo de la B-40, conocido como el cuarto cinturón.
Se calcula que las obras estarán en el año 2020, lo que habrá supuesto un total de 14 años para acabar los 14 quilómetros que hay entre Abrera y Terrassa. La autovía B-40 está finalizada desde el año 2010 en dos tramos (Abrera-Olesa de Monserrat y Viladecavalls-Terrassa), pero aún falta un tramo central de seis quilómetros, que supone la conexión Olesa–Viladecavalls, el cual está en ejecución desde el año 2009, con periodos de paradas, que en 2016 finalmente se retomó.
Según un estudio elaborado por el Instituto Cerdà, encargado por la Diputación de Barcelona y la patronal vallesana CECOT, el informe calcula los beneficios que aportaría para la economía y las empresas finalizar el tramo Abrera-Terrassa. En concreto, en términos de sostenibilidad, la nueva infraestructura evitaría la emisión de 6.700 toneladas anuales de CO2, mientras que el impacto macroeconómico se cifra en 252 millones. Además, el ahorro interno de las empresas sería de seis millones de euros, así como el ahorro de la movilidad con 24 millones anuales.