El Centro de Formación Profesional de Automoción, una joya infrautilizada

El Baix Llobregat ha arrastrado históricamente un problema que todavía hoy mantiene: el déficit de centros de formación profesional en el territorio. Prueba de ello es la relación oficial de la oferta formativa del Servei d’Ocupació de Catalunya.

Del total de 42 áreas formativas prioritarias en el Baix Llobregat, 18 no cuentan con ninguna entidad inscrita o acreditada y, por tanto, no se puede importar. Formación sobre equipos electrónicos; fabricación electromecánica; mecánica; transformación de madera y corcho; química básica; transformación de polímeros o atención sanitaria son solo alguno de los ejemplos. Y en el resto de casos de la lista, lo normal es que solo haya uno, dos o tres centros por especialidad; algo, en general, insuficiente.

Inversión desperdiciada
En este sentido, el territorio cuenta con un equipamiento de referencia que tendría que dar respuesta a estas necesidades y que, sin embargo, se encuentra absolutamente infrautilizado pese a su excelencia. Inaugurado en marzo de 2015 por el entonces president de la Generalitat, Artur Mas, tras una inversión de unos 17,6 millones de euros, actualmente, el centro sigue en un limbo y sin calendario de puesta en marcha de manera definitiva. Actualmente, cuenta solo con 350 personas en planes de formación ocupacional, cuando tiene capacidad para 480 alumnos de FP y 14.000 adultos al año. “Es una pena porque es un centro en donde se ha hecho ya una inversión pública de unos 25 millones no solo con el edificio sino en sus instalaciones y en la maquinaria que tiene que se está desaprovechando”, dice a El Llobregat la directora general de la patronal Aeball, Rosa Fiol.

Adaptar la formación
Con 10.000 metros cuadrados de superficie, instalado en Martorell al lado de la planta de Seat, el centro está llamado a ser el equipamiento de formación de referencia, pero no solo a nivel de automoción, sino de una manera transversal para otras especialidades relacionadas o a nivel de servicios: idiomas, orientación, acreditación de competencias. “Podría ser un foco dinamizador de las especialidades, especialmente desde el punto de vista industrial”, apunta el presidente de la patronal, Manuel Rosillo, experto en formación. “Tenemos un Pacto Nacional de Industria, un planteamiento industrial en todo el ámbito metropolitano, pero si no tenemos cómo dar respuesta al capital humano, difícilmente esos planes se podrán poner en marcha con ciertas garantías”.

De hecho, según Rosillo, entre marzo de 2016 y marzo de 2017, la contratación en el sector industrial fue de unas 1.400 personas en el Baix Llobregat. Sin embargo, los alumnos que salían titulados eran unos 800: “Hay un déficit de unas 600 personas. Este centro tendría que hacer una prospectiva de mercado y adelantarse a los acontecimientos para adaptar la formación a las necesidades de las empresas. Sería el primero de este ámbito”.

Y lo haría con una oferta completa con formación reglada, continua, dual y ocupacional. Pero está encallado en una red de intereses que no logra encontrar el acuerdo: “La cosa se atrancó cuando fundamentalmente se tenía que decidir quién gestionaba el centro, quien debía llevar la dirección técnica del centro”. No ayuda que el centro sea titularidad del SOC y, por tanto, de Treball, mientras que se financia a través de un Consorcio en el que el ‘Consell de Govern’ está compuesto por cuatro conselleries de la Generalitat (Ensenyament, Empresa i Coneixement, Afers Socials i Família y Presidència), el Ayuntamiento de Martorell y el Clúster de la Indústria de la Automoción de Catalunya.

Solución “urgente”
En este sentido, Comisiones Obreras del Baix Llobregat critica el desacuerdo “histórico” que el sindicato tiene con la Administración en este sentido por la “falta de acuerdo entre espacios del propio Govern y por los diferentes cambios de nombramientos, competencias y equipos de las propias ‘conselleries’ que han cronificado un problema que ya es insostenible”, dice a El Llobregat Josep Maria Romero, secretario general de CCOO en el territorio.

En la misma línea, Romero apunta a que es “urgente” poner solución al problema “después de dos años de paralización y sin dar servicio”. Y añade que CCOO “estaría de acuerdo con una posición colectiva que hay en las importantes empresas del sector para la creación de un órgano de gobierno que, entre otras acciones, tendría que aprobar un presupuesto anual y no estar sometido a los criterios y necesidades de una única empresa por importante que sea”.

Un modelo que iría en contra de lo que en su momento se intentó con Seat. Sin embargo, al no ser admitida la propuesta de la compañía española, que quería aplicar los estándares centro-europeos de formación con los que ellos mismos trabajan, la compañía dio un paso obvio atrás.

La última novedad que ha trascendido, según Crónica Global, es que el secretario de Treball había decidido prescindir del consorcio que llevaba la gestión del centro y que se preparaba una licitación de 25 años con este objetivo, algo que dejaría “en el limbo” un año más al equipamiento.

En cualquier caso, la realidad es que las incomparables instalaciones, que hemos tenido la posibilidad de conocer, están prácticamente paralizadas. En concreto, el CFPA cuenta con dos grandes estructuras: una nave industrial de gran altura y con gran espacio para diferentes talleres y, en segundo lugar, un amplio complejo de 39 aulas con laboratorios específicos de robótica, sistemas automatizados, mecánica, mantenimiento, entre otros, además de un amplio auditorio desplegable y polivalente. Tal y como definió Vicenç Aguilera, como presidente del Clúster, durante la inauguración, “tenemos un Fórmula 1, ahora nos hace falta encontrar un piloto y un equipo que lo conduzca”. Dos años y medio después, el ‘fórmula 1’ sigue aparcado en ‘boxes’. III