César recomendaba hacerlo antes de tomar una decisión y la sesión primera parlamentaria del 17.1.18 parecía llena de seguidores del precepto. Todos los parlamentarios estaban muy contenidos en sus opiniones, aún asistiendo a un acto no decisivo. Con los protocolos debidos y cierta torpeza de la mesa de Edad, las votaciones nominales eligieron a Roger Torrent (un ERC sin causa judicial) y la oposición no le bloqueó su designación alegando: ilegalidades del voto delegado.
Hubo entre los unionistas un tenaz voto en blanco que algunos atribuyeron a Espadaler, cosa que él negó. Torrent fue elegido merced a un trabajo negociador previo, con un reparto de cargos de la Mesa para ERC, CS, JC y PSC; todos menos los Comunes, PP y la CUP obtuvieron su puesto. Eso sí, los “comunes” se sentarán a la izquierda con los “independentistas”, un detalle, dado que negaron el voto a Espejo de Cs todas las veces.
Un cierto alivio al final de la sesión entre los diputados noveles y los veteranos con no más de dos años en la pasada y corta legislatura. Cobrarán. Los partidos habían repartido entradas para sus invitados (Carolina Torres y Olga Puertas portavoces
femeninas de Cs en Viladecans y Sant Boi comentaban sus records electorales) y todos los medios de prensa habían vuelto con sus “boxes” y equipadas camionetas.
Torrent, 38 años, es alcalde y diputado, politólogo y sin experiencia laboral. Cobrará al año 157.109 euros: un sueldo de los más altos de España a nivel político. Hizo un discurso que a algunos (por ejemplo, Eva Granados, del PSC) consideraron moderado.
Las declaraciones en sala de prensa y en pasillos tenían escaso valor para discernir el tema clave: si sería Puigdemont u otro el nuevo President.
Antes, al entrar, saludé sorprendido a una famosa abogada de nulidades matrimoniales y su amiga que se añadían a los centenares de manifestantes próximos a la Ciudadela. Ella es una entregada a la causa en esta masa fluida de independentistas que necesita tensión para crecer y la sesión última retransmitida en gran pantalla, ofrecía pocas emociones a gentes bregadas en recientes trances “históricos”.
También veteranos miembros del personal del Parlament intuían “sesgos” imprevistos antes del 31; algunos habían estado en un acto de homenaje a la Forcadell. El estado de la cuestión ofrecía dos supuestos:
a)Un triunfo de la política profesional a la italiana tan posibilista y maquiavélica o b) un simple aplazamiento de un nuevo choque de trenes; con el consiguiente perjuicio a la vida diaria de tantos ciudadanos que necesitan una mínima previsión y seguridad.
Al pisar la alfombrada gran escalera pensé mientras los diputados y periodistas bajaban conmigo al comedor que detrás quedaban muchas cosas por saber de gran importancia: ¿President presencial o no? ¿Un gobierno técnico con la Altadi, según Mas-Collel?, ¿más 155 o nuevas elecciones?
Demasiadas interrogaciones, hasta para los no muy romanizados vascos; que desilusionados de su papel de intermediarios en el conflicto catalán, se preparaban a cobrarle caro al desnortado Rajoy su apoyo en los Presupuestos. Mientras Zoido con su oronda cachaza nos explicaba un gasto de 87 millones de la operación disuasoria y les subía el sueldo a sus guardias dado que estos cobraban menos que los “mossos”, de algo sirven los viajes, contemos hasta 10, cien veces y repitamos.
Si (
No(
