Lucía, una niña de ocho años, vecina de Sant Andreu de la Barca, tiene diagnosticado un trastorno del espectro autista, prácticamente, desde que tenía dos años: “No es que no quieran relacionarse, es que no saben cómo hacerlo”, explica su madre, Belén Martín. Para mejorar sus capacidades, ahora, Lucía da nombre al nuevo proyecto del Ayuntamiento de Sant Andreu de la Barca en el que, a través de la conocida unidad canina de la Policía Local, los canes expertos como ‘Kenia’ harán un acompañamiento para mejorar sus capacidades relacionales.
En concreto, Lucía lleva desde noviembre de 2017 viéndose con su nueva amiga y su relación de afecto, tal y como hemos podido comprobar, es notable: “La relación entre el perro y la niña tiene sus efectos beneficiosos: se lo pasa muy bien, aprender muy rápido…”, dice su madre. “Trabajamos mucho las texturas y, sobre todo, las presiones y las fuerzas”, explica, por su parte, uno de los agentes de esta unidad que, desde su creación en 2011, se ha convertido en un referente a nivel catalán y español.
“Quiero poner en valor la unidad canina que hace una magnífica labor, de manera desinteresada, además de ayudarnos a resolver otros temas”, ha dicho el alcalde de la ciudad, Enric Llorca, en referencia al reciente operativo policial en el que la unidad de canes fue fundamental para encontrar sustancias estupefacientes en un bar de la calle Doctor Fleming que acabó con su responsable detenido.
Con todo, el objetivo fundamental no es convertir la Policía Local en una nueva consulta médica, sino que se busca demostrar las ventajas que pueden aportar la adaptación de un animal adiestrado: “Son una solución para aumentar sus percepciones, estimular sus sentidos o mejorar su habla”, ha dicho Jordi Bernat, inspector jefe del cuerpo local de policía. “Pero el objetivo no pasa por nuestros perros. Queremos favorecer la adopción de este tipo de animales para tratar estos trastornos”.