El camino hacia la paridad de género en política todavía es largo y prueba de ello es que en Cataluña las alcaldesas no pasan del 20% de representación o, lo que es lo mismo, hay dos alcaldesas por cada ocho alcaldes. Un tanto por ciento irrisorio que, por su parte, no se corresponde con la realidad del Baix Llobregat y L’Hospitalet que está en disposición de lograr el objetivo de la igualdad en las municipales de 2019.
Núria Marín, en L’Hospitalet; Lluïsa Moret, en Sant Boi; Raquel Sáncehz, e n Gavà; Pilar Díaz, en Esplugues; María Miranda, en Castelldefels; Maite Aymerich, en Sant Vicenç dels Horts; Mercè Esteve, en Begues; Eva Martínez, en Vallirana; Pilar Puimedon, en Olesa; Rosa Boladeras, en Corbera; Ascensión Ratia, en Pallejà; y Anna Martínez, en Santa Coloma de Cervellò, son las alcaldesas de doce de los 31 municipios totales del Baix Llobregat y L’Hospitalet, lo que representa una cobertura de casi el 39%. Solo faltaría sumar cuatro alcaldías para contar con más alcaldesas que alcaldes.
Este dato se refleja también en el número de concejalías en el territorio. 218 recaen en manos femeninas, mientras que 327 son de hombres, siendo así la quinta comarca que, con un 39%, tiene más representación porcentual de mujeres por detrás solo del Garraf, Maresme, Vallès Occidental y Alta Ribagorça. En este caso, el dato sale de la obligación por la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres, que recoge una cuota mínima del 40% por sexo en las candidaturas. Llegados a este punto, la cuestión es por qué la ley no recoge ya la paridad absoluta con un tanto por ciento del 50%.
Según el último informe ‘Mujeres y Hombres en los Gobiernos Locales’ de la Asociación de Mujeres Periodistas de Cataluña (ADPC), desde 1979 a 2015, los datos han evolucionado positivamente, pero de una manera muy lenta. Pese a los 40 años de periodo democrático, si en los primeros comicios municipales, solo hubo un 2% de alcaldesas en Cataluña, en 2015 no pasa del 19%. Mejores son los datos en el caso de los concejales, que pasa la estadística del 4,8% al 35%.
Con estos datos sobre la mesa, los del Baix Llobregat son más que destacables, además con presencia en ciudades de más de 20.000 habitantes e, incluso, dos de 50.000: L’Hospitalet y Sant Boi.
En relación con las entidades supramunicipales, el Consell Comarcal cuenta con 14 mujeres de 38 representantes comarcales; el Consell Metropolità de AMB tiene 36 políticas de 90 miembros que constituyen el órgano y el Pleno de la Diputación de Barcelona suma 19 mujeres de 51 representantes. Además, se da el caso que, por primera vez, tanto AMB como Diputación cuentan con la presidencia de una mujer; a saber, Ada Colau, como alcaldesa de Barcelona, y Mercè Conesa, como alcaldesa de Sant Cugat, respectivamente.
En el Parlament de Catalunya, el lado femenino suma 59 representantes –cinco del Baix Llobregat o L’Hospitalet- de los 135 escaños totales, de las cuales dos de ellas son presidentas de sus grupos parlamentarios (Inés Arrimadas en Ciutadans y Marta Rovira en ERC) y otras tres son portavoces (Elsa Artado en Junts per Catalunya, Eva Granados en el PSC y Elisenda Alamany en Catalunya en Comú Podem).
Sin embargo, la constituida Mesa del Parlament ha perdido la presidencia en favor de Roger Torrent y solo cuenta con una mujer entre sus miembros, la cuarta secretaria de la Mesa, Alba Vergés.
En total, con un 42,9% de mujeres, es la legislatura con la cifra más alta de esta estadística. En la de 1980, solo hubo siete mujeres, es decir, un 5,2% de los escaños.
Algo similar ocurre en el Congreso de los Diputados, que se encuentra, tras las elecciones de 2015, en la legislatura con mayor número de diputadas de la historia. Son 138 del total de 350, una cifra que representa el 39,4%. En las elecciones de 1979, la cámara contó con un 5,1% de mujeres parlamentarias, mientras que, en las anteriores, en 2011, eran 35,7%, con lo que en una legislatura se ha ampliado la presencia femenina en 3,7 puntos porcentuales.
Más allá de la política
El liderazgo femenino va, en el Baix Llobregat, más allá de la política. A diferencia de lo que es habitual, el territorio cuenta con figuras femeninas que capitanean grandes instituciones. Sonia Corrochano es la directora del Aeropuerto de Barcelona-El Prat; Montserrat Figuerola es la gerente territorial de la Región Metropolitana Sur del Instituto Catalán de la Salud; Núria Vallduriola es la directora de Servicios Territoriales de Educación en el Baix Llobregat; Rosa Fiol es la vicepresidenta Ejecutiva de la patronal AEBALL; Conxita Sánchez es la presidenta del Centre d’Estudis; Teresa Carrasco, jefa de la policía local de El Prat durante años, pasó a ser la directora del Área de Seguridad Ciudadana de L’Hospitalet en 2015; y, de hecho, hasta hace poco, la Región Policial Metropolitana Sur de Mossos d’Esquadra ha estado en manos de Cristina Manresa, la primera comisaria de la historia del cuerpo.
Media docena de nombres indicativos de que, como mínimo en el mundo institucional, algo está cambiando gracias a una implicación del territorio que no es nueva. El Baix Llobregat fue la primera comarca de Cataluña en constituir, en 2007, un consejo comarcal de mujeres para trabajar por la igualdad de género. Un órgano entonces pionero que nació bajo la presidencia comarcal, precisamente, de una mujer, Rosa Boladeras, actual alcaldesa de Corbera, y que daba respuesta a los congresos de mujeres que se habían realizado en el territorio desde el primero, en 2002, en Sant Boi.
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