El periodista y escritor vasco, secretario general d’Euskadiko Ezkerra entre 1985 y 1990, protagoniza el Cornellà Creació Fòrum
Ha avisado desde el principio: “No diré ningún nombre; ninguna sigla; no hablaré de culpas. Sé que es una cosa muy sosa, pero necesitamos distensión”, ha alertado en una nueva edición del Cornellà Creació Fòrum el periodista y escritor vasco Kepa Aulestia, conocido por ser secretario general d’Euskadiko Ezkerra (1985-1990) y articulista habitual de La Vanguardia y de medios de Vocento. Y así lo ha hecho.
Con un tono conciliador y con el objetivo de buscar una salida a la situación de bloqueo actual, Aulestia ha alertado de que “Cataluña corre el riesgo de que el problema se enquiste y que se acomode en el conflicto”. Un fenómeno que, según ha expuesto, ya ocurre por ejemplo en el conflicto israelí-palestino; con los refugiados en Europa; o con las pensiones: “¿Alguien hace algo? Al contrario, se aprovechan de la situación”.
Según Aulestia, la sociedad se está quebrando con la sociedad civil por un lado y la sociedad política por otro, algo a lo que ha llamado la “Era Italiana: la política se despega de la sociedad y, entonces, los ciudadanos se buscan la vida por su lado al margen de las instituciones, que directamente no funcionan”. Pero, además, la sociedad catalana está derivando en una “división profunda” como la que el País Vasco tenía en los años ochenta, cuando “paradójicamente queríamos ser Cataluña. Ahora que empezábamos a salir de nuestra desventura [conflicto vasco], vemos como en Cataluña están pasando cosas como aquellas que ocurrían en Euskadi”, ha dicho en relación con la división social.
Aulestia ha criticado que se extienda hasta el infinito conceptos como la legitimidad y legalidad en el interés propio y ha alertado, de la misma manera, de la falta de sentido crítico: “es uno de los grandes problemas en Cataluña: la falta de sentido crítico”, ha dicho Aulestia que profundizaba en este tema en declaraciones a El Llobregat: “Las elecciones autonómicas, en las que el bloque constitucionalista se pensaba que el independentismo iba a perder apoyos, es una prueba de ello. Pero ha habido falta de sentido crítico desde antes y solo tenemos que ver cómo iban cayendo miembros del gobierno catalán que, imagino, eran independentistas o no tan independentistas y/o que no se pensaban que llegarían tan lejos. En cualquier caso, creo que hay falta de sentido crítico en general y por ambas partes”.
Así, pues, el protagonista del ciclo cornellanse ha propuesta seis posibles salidas a la situación: renunciar a la búsqueda unilateral, inmediata y total de la independencia; desjudicializar el litigio; un gobierno efectivo “para que no reactive el 155”; recuperar la autoestima por el autogobierno –“tenemos que estimar lo que tenemos, que es mucho; sin embargo, el autogobierno existente en Cataluña se está deshilachando desde hace meses”-; recuperar las formaciones nacionalistas en el Congreso y el Senado y “esto no quiere decir que Campuzano, con todos los respetos, hable cada día; tiene que haber una convivencia y una cooperación. Ahora lo que pasa es que, en Madrid, ninguna mayoría cuenta con el independentismo, mientras que el independentismo juega a que ya son independientes”; y, por último, recuperar los partidos: “los partidos están desapareciendo en Cataluña y no se puede gobernar sin partidos. Sin gobierno, la realidad pasa a ser algo no líquido, gaseoso, en la que nadie se hace cargo del país; y así lleva Cataluña meses”.
Con estas propuestas sobre la mesa, Aulestia ha pedido hacer una pausa, bajarse de todo extremo y aplicar una moratoria para Cataluña en la que “se den unos cuantos pasos atrás; sin que nadie se ruborice por ello”. En este sentido, y en respuesta a los que ven en el referéndum pactado una posible solución, el periodista y escritor vasco ha considerado el referéndum un “callejón” que despejaría una incógnita, pero que dejaría, fuera del tipo que fuere, un país dividido.
En cualquier caso, la realidad actual es, tal y como ha expresado el protagonista con una analogía, “una rotonda en la que todos siguen dando vueltas, en lugar de buscar la primera salida, a la espera de que al adversario se le acabe la gasolina”.