En otro tiempo por las aguas rojas del “Rubricatus” ahora Llobregat, naves romanas llegaban hasta el límite del puente romano de Martorell. Hoy sus aguas amarronadas abastecen con penas y trabajos a 4,5 millones de personas de la gran Barcelona.
Desde hace poco ya se utilizan aguas recicladas y desalinizadas que se mezclan con el agua fluvial y en ocasiones de pozos. Tan difícil es el proceso que las empresas a cargo del servicio nos ofrecen programas de visitas y de puertas abiertas, regularmente; el 22 de marzo, día mundial del agua de cada año, se añaden actos extras.
Más allá de esto, una reciente sentencia inapelable ha anulado la concesión a ACCIONA de la venta del agua en alta, -privatizada por Mas-Collell-, indemnización de 309 millones y nuevo concurso o recuperar el servicio al dominio público.
Se arguyen defectos graves en la adjudicación, la principal demandante la francesa AGBAR titular principal del agua en baja (agua de boca) quien a través de la EMSSA (mixta con 23 Ayuntamientos) suministra el agua a 3 millones de abonados.
Aunque resulta que AGBAR ha sido reclamada a su vez por haber obtenido su concesión sin concurso público: pronto la sentencia definitiva del Supremo.
Y será aquí con las dos sentencias ya falladas en contra del actual “statu quo”; cuando a la mayor parte de los ayuntamientos se les puede crear un problema tan difícil como el intentar remar río arriba de Barcelona a Martorell. ¿Podrán asumir servicios ahora delegados a AGBAR y la Generalitat casi quebrada podrá indemnizar a la expropiada ACCIONA cuando ya vendió la concesión para pagar las nóminas y, peor aún ahora, si no hay ni Presidente para que decida?
En cuanto a la posible anulación del concurso de AGBAR, dos cosas: la mayor parte de las concesiones municipales tienen vencimiento próximo. Hay decididos partidarios de expropiar a AGBAR como Colau y la AMAP y no es imposible: ha ocurrido en París, Berlín, Budapest, Buenos Aires, Bogotá, Houston… también en Huesca y Torrelavega. Casi el 90% del agua potable mundial es de gestión pública.
Pronto habrá más claridad sobre el destino de las turbias aguas del Llobregat y sus costosos tratamientos para consumirla sin retortijones.
Se cuenta que en la navegación río arriba los romanos eran hostigados por los layetanos en ocasiones, ahora en este proceso de posible reversión de concesiones, los enemigos son muchos y poderosos: lobbystas socioconvergentes, con valiosas incorporaciones de IU muy dividida sobre el tema.
También el poderoso clan hispano- francés tan influyente en Madrid mueve sus peones, judicatura, ministerios, medias: todos a remar en contra de cambios en el mundo hídrico.
Hay previsto un –multireferéndum-, en Barcelona sobre el tema del agua entre otros, AGBAR lo ha demandado.
La lucha será dura, habrá que bogar mucho para que el caudal del Llobregat sea otra vez público como en tiempo de los romanos. III
Si (
No(
