Ya es una de esas nuevas direcciones fetiche que hacen a uno darse cuenta de cómo muta de rápido el sector gastronómico en Barcelona. Llega con carta de garantías madrileñas (tiene un alter ego en la capital que es un éxito absoluto) a la difícil zona cercana de l’Arc de Triomf, que se está esforzando por lustrar sus calles.
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