Miguel García: “L’Hospitalet necesita un alcalde próximo, que se pasee por la ciudad y no por los platós”

Miguel García, conocido en l’Hospitalet por su papel como presidente del club de fútbol de la ciudad durante más de 20 años, dio el salto a la p olítica institucional en 2015, cuando se convirtió en el líder de la oposición de la mano de Cs. Ahora se dispone a disputarle la alcaldía al PSC, todo un reto tras 40 años con el mismo partido al frente del Ayuntamiento.

Ciudadanos entró en el Consistorio como principal partido de la oposición en 2015. ¿Qué balance hace de estos tres años de oposición?
Yo creo que el balance podemos calificarlo de positivo teniendo en cuenta que así se visualiza en los plenos y en la acción política del día a día.

Prácticamente la oposición pivota entorno a Cs. Creo que a pesar de ser un partido que llega ‘nuevo’, ha tenido sque se da más experiencia. Los vecinos nos lo comentan. Ha sido necesario, ya que el Gobierno de Núria Marín está acomodado. Han vivido durante muchos años en la poltrona sin tener alternativa y ahora Cs representa un proyecto alternativo.

¿Cómo valora la gestión del actual Gobierno del PSC durante lo que llevamos de mandato?
Es un verdadero desastre en cuanto a la visualización de lo que hace el Gobierno. Centra sus políticas en argumentos que nada tienen que ver con lo que reclaman los vecinos que quieren una ciudad amable, que se dote de los equipamientos que le faltan. Esta ciudad creció en los 50 y 60 sin ordenamiento urbanístico y con falta de equipamientos. La sociedad ya no lo admite; reclama que el Gobierno piense en las personas, y el de Núria Marín solo piensa en volver a la burbuja inmobiliaria y en grandes proyectos faraónicos. La alcaldesa lo enfoca todo a una campaña para promocionar su imagen política; la ciudad le pesa mucho y quiere marcharse de ella. Está haciendo, si cabe, políticas más de derechas que el propio PP, no le caben prendas en pastelear con cualquier partido para que le dé apoyo para gobernar, como con concejales tránsfugas y, por eso, cuando le ha convenido, Núria Marín ha votado más de una vez a favor del derecho a decidir.

Usted se perfila como candidato de Cs para las próximas elecciones municipales en l’Hospitalet. ¿Qué tipo de alcalde puede esperar la ciudad si lograra ganar las elecciones?
Aún faltan unos meses para que el partido nombre los candidatos definitivos a partir de un proceso de primarias, pero yo, si así sucede en su momento, me veo con fuerza y determinación para afrontar la responsabilidad y el reto de postularme como cansL’Hospitalet necesita un alcalde próximo, que se pasee por la ciudad y no por los platós, que escuche a los vecinos no solo durante la campaña electoral, sino desde el primer al último día del mandato. Los alcaldes tienen que atender los problemas más cotidianos de los vecinos, y han de ser capaces de detectar e implementar soluciones para esos problemas. La política de proximidad es vocacional, si no hay ilusión, no se puede llevar a cabo. Es duro y requiere constancia, por eso un alcalde no se puede perpetuar en el cargo más de 8 años, suficientes para implementar un proyecto político.

Perpetuarse en el poder como Núria Marín hace que al final se deje de lado a los vecinos y que se haga de la política un oficio para vivir de ella.

El PSC lleva 40 años gobernando y la alcaldesa Marín casi 25 años en el gobierno y 10 al frente del consistorio. ¿Qué ofrece Cs para convencer a los hospitalenses de la necesidad de un cambio?
A lo largo del mandato, ya hemos dado señales de lo que queremos hacer: un modelo de ciudad para las personas. Después de la crisis, donde se ha perdido mucho, no ha habido un avance por parte del Gobierno del PSC en muchas cuestiones por falta de voluntad política. El Ayuntamiento ha tenido mecanismos para ello, presumiendo de tener superávit, y encima ha gravado con un 30% de IBI a los ciudadanos en los momentos más duros de la crisis. No ha sabido redistribuir la riqueza por las plusvalías que tiene la ciudad en los asuntos sociales que reclaman los ciudadanos.

Seré un alcalde que piense en la ciudad para las personas: movilidad, guarderías de 0 a 3 años, institutos de secundaria, que ningún niño se quede sin libros porque su familia no pueda pagarlos, residencias para las personas mayores, que no tengan que exiliarse, reducir las colas en los CAP… Una ciudad amable, accesible para todos, sin olvidar que por su situación estratégica, comunicaciones y logística se pueden atraer negocios y empresas, pero éstas han de generar riqueza y no a costa de los vecinos. Si permitimos que se instalen en el Distrito Cultural sin pagar IBI y encima no generan puestos de trabajo, no hay plusvalías. Se está derrochando el dinero, como 1.250.000 euros para el Circo del Sol o el solar comprado para que la Casa de la Música monte una sala de música en vivo.

¿Qué puede significar para Cs alcanzar la alcaldía en l’Hospitalet? ¿Qué escenario prevé de cara a las elecciones municipales de 2019?
La estrategia de Cs está en conseguir gobernar en ciudades importantes. El partido surge de cero y ha conseguido en pocos años pelear por esa posibilidad, como se ha visto en las últimas elecciones en Cataluña. Los viejos partidos han perdido crédito y cada vez lo tienen más difícil para engañar a las personas que quieren un cambio. Cs tiene un proyecto de regeneración democrática para el país, progresista. Cs tiene muy claro el futuro de este país, un país europeísta que se integre en la globalización a la que deriva el mundo actual. Con líderes como Albert Rivera e Inés Arrimadas puede conseguirlo.

Soy optimista. Hemos ganado dos veces al PSC en las elecciones: en las últimas autonómicas les sacamos 15.000 votos. Es una señal. Teniendo en cuenta que partimos desde cero, sin estructura alguna, solo por la marca, hemos barrido la hegemonía socialista en la ciudad, y esos frutos los podemos recoger en las municipales si sabemos seguir generando ilusión y mantenemos la fidelidad de esos votos. Con esos resultados seríamos gobierno y el PSC pasaría a la oposición a mucha distancia. La expectativa que yo tengo es buena; en la calle nos dicen mucho que esperan que acabemos con los 40 años de socialismo en la ciudad, con un PSC que ha hecho del Ayuntamiento su propia hacienda. A Núria Marín no le va a ser suficiente con la red clientelar.