Las guerras ya son virtuales, de propaganda, y la delincuencia practica el cibercrimen. De los 17 alumnos de L’Hospitalet con mejores notas en la selectividad de este año, solo nueve viven y estudian en esa ciudad. El resto se desplaza desde Cornellà, El Prat y Sant Feliu para estudiar.
Son el retrato vivo de los territoriantes, palabra fusión de territorio y habitante que refleja la extrema movilidad de desplazamientos que realizamos a diario, siempre empantallados y atentos a nuestra conexión virtual, porque también somos Smartphone-céntricos que estamos aprendiendo a vivir entre el mundo off y online, pero sin olvidarnos de que somos humanos.
Vivimos en la pura dispersión. En un cambio de era que ha desencadenado internet y que nos está cambiando como seres humanos. Nuestra sociedad es tan Smarphone-céntrica que nuestros jóvenes sufren carencia de habilidades sociales tan simples como hablar en público. Pero con un móvil en sus manos son capaces de cualquier cosa. Chequeamos el móvil centenares de veces al día. Nada más despertarnos, miramos el móvil. Y estamos malcriando a nuestros hijos dándoles ese chupete electrónico para calmarles. Estamos mutado en humanOffOn, expresión que sirve de título al último libro de Andy Stalman (Deusto), en el que defiende la necesidad de retornar a los “love” desde los “likes” para que la ola tecnológica empantallada no se lleve por delante el arte, la cultura, la creatividad, el amor…
Hace tiempo que dejamos de movernos solo en el interior del municipio donde vivimos. Incluso los desplazamientos para comprar tabaco son internacionales. Que les pregunten a los franceses que bajan a las poblaciones fronterizas catalanas o a los ingleses que llegan al aeropuerto de Girona en vuelos de Ryanair y regresan el mismo día con 8 cartones de tabaco porque al precio de venta aquí les compensa el coste del billete.
Relaciones versus asentamientos
Las relaciones y los itinerarios son más importantes que los asentamientos. Por eso el urbanismo, que hasta ahora ha estado obsesionado por la densidad, muta para dar importancia a las relaciones, que son más importantes que los lugares. Y ahí interviene la movilidad. Lo ha puesto de manifiesto Francesc Muñoz, profesor de Geografía Urbana y director del Observatorio de la Urbanización de la UAB, en la última mesa del Ciclo de Infraestructuras celebrada en Gavà (más información en página 18). Muñoz considera que la humanidad siempre llega un poco tarde a todo. Ahora parece existir consenso en que las ciudades deben ser sostenibles pero, a su juicio, vamos tarde, “porque es hora de hablar de resiliencia, de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático, que en las metrópolis acentuará sus consecuencias”.
En ese contexto de resiliencia climática, el área metropolitana no se verá afectada por ciclones, como ocurre en otros continentes, pero sí por cambios pluviométricos con episodios de lluvia cuando no toca, además de incendios y noches tropicales que cada vez serán más intensas y prolongadas y que afectarán a mucha más gente, como ocurre con la contaminación, sobre todo a enfermos de vías respiratorias, así como a los mayores de 80 años en general. El profesor avanza como solución que nuestro Parque Agrario, auténtico pulmón metropolitano, será utilizado en breve como respuesta a los episodios del cambio climático, convirtiéndolo en el primer equipamiento de país donde se trasladen a las personas con riesgo en los episodios de noches tropicales, por su capacidad de restar calor.
Somos una sociedad hipermóvil. Ya no somos habitantes de un lugar. Somos territoriantes de una metrópoli, expresión del profesor Muñoz que parte de la fusión de las palabras territorio y habitante. Del ciudadano de un lugar al habitante territorial que usa el territorio en la cultura de la movilidad. Una movilidad que los fines de semana se acentúa con desplazamientos más lejanos, al Pirineo, la costa o con un avión a otras ciudades gracias a lo que ahora son las autopistas del siglo XXI: las aerolíneas. La ciudad que viene tendrá que facilitar cada vez más desplazamientos para ir cada vez a más lugares, más veces y más lejos.
Nuestros itinerarios son cada vez más complejos, nada que ver que los trayectos de antaño del trabajo a casa pasando de vez en cuando por la gasolinera. Ahora la movilidad es múltiple y cruza municipios. Quien firma estas líneas realiza cantidad de desplazamientos metropolitanos a diario, porque para cada cosa va a un municipio distinto: del hogar al gimnasio, el colegio, trabajos, ocio, restauración, etcétera. Es un mundo donde las gasolinera-panaderías-supers se convierten en la punta del iceberg de la nueva movilidad, hasta el punto de que Muñoz propuso recientemente al Ayuntamiento de Corbera instalar la biblioteca frente a la gasolinera por ser el lugar de cita de los adolescentes del municipio que se mueven con motocicletas de baja cilindrada.
Alcaldes menguantes de capacidad
El presidente de la Fundación Círculo de Infraestructuras, Pere Macias, que también participó en el debate de Gavà, cree que tras haber ordenado el territorio “ahora tenemos que ordenar el tiempo”. Después de señalar que los millenials se mueven cada vez menos, porque juegan a distancia, hablan por Skype y no tienen la necesidad de desplazarse para buscar el contacto físico; el ex conseller y responsable in pectore de las Rodalíes de Cataluña por encargo del Ministerio de Fomento, subraya que “la capacidad de un alcalde ha menguado, porque pese a tener las mismas atribuciones, ahora tienen menos poderes reales al existir más mecanismos cívicos de participación para impulsar proyectos, por lo que tienen que contar más con los vecinos”.
El poder ciudadano crece y no cesará de aumentar frente a las administraciones que no lideren este complejo mundo. En esa tesitura, Macias considera que los ayuntamientos son “la capa donde más deben entenderse estos cambios para adaptarse a las nuevas sensibilidades”. La solución al gobierno de los humanOffOn territoriantes de nuestra comarca será, necesariamente, metropolitana. Al tiempo. III