El deporte femenino pide paso. En un mundo en el que los hombres copan el mercado mediático y de aficionados en futbol, básquet, béisbol o atletismo, las mujeres reivindican su lugar en el juego. Celebramos a bombo y platillo el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, pero el resto del año olvidamos a estas deportistas que, en muchos casos, obtienen más premios y mejores clasificaciones que los hombres.
Dos grandes exponentes de estas reivindicaciones en el Baix Llobregat son el atletismo, por el hecho de ser un deporte generalmente mixto, y el softbol, dejado de lado por su medio hermano masculino: el béisbol. Por ello, Laura Redondo, Ariadna Esteve, Paula García y Claire Goyard, atletas del Club Atletisme Gavà (CAG), nos explican los pros y los contras de ser mujeres en el atletismo mientras que Jessica Iborra, Georgina Moya y Júlia Sebastián, jugadoras del CB Viladecans, lo hacen del softbol.
“Siempre entrenamos con chicos”
El atletismo, como explican Redondo, Esteve, García y Goyard, tiene una particularidad: chicos y chicas entrenan juntos e incluso también compiten sin distinción de sexo. “Cuando son pequeños, en categorías alevín e infantil, van más separados, pero luego se preparan juntos”, recalca Redondo, quien entrena a diferentes atletas del CAG. Y asegura que “las chicas tienen más nivel”, un hecho que demuestra la calidad de la mujer en el deporte comarcal.
“Los hombres tienen más reconocimiento y seguimiento que las mujeres”, asevera Goyard en sintonía con sus tres compañeras de atletismo para recalcar que es un problema más social que de los clubes. Por ello, Redondo, Esteve, García y Goyard animan a las mujeres “a venir a practicar atletismo” porque “el deporte no solo es para los hombres”.
Los chicos: academia y más oportunidades
El softbol siempre ha destacado en Viladecans por la cantidad de premios que las chicas han traído a la ciudad. Sin embargo, durante muchos años tuvieron “el peor campo de España”, a pesar de las veces que habían pedido y reivindicado –en una entrevista a las jugadoras en Interviú- que el consistorio apostara por ellas y mejorara el campo. Tras la escisión del CB Viladecans consiguieron un nuevo campo, adecuado a su nivel, y muchas jugadoras que marcharon a otros clubes como el CBS Sant Boi o Projecte Gavanenc ahora han vuelto para seguir ganando. “Antes teníamos un arenal y ahora tenemos uno de los mejores campos del país”, asegura Iborra.
Júlia Sebastián juega en la categoría sub-16 y siente que “los chicos tienen academia y más oportunidades” porque ellas carecen de una institución oficial que las forme pero, a pesar de esto, el equipo femenino “logra mejores posiciones” que el masculino. Este privilegio de pertenecer a “la academia” solo está disponible para los varones, sumado a las diferencias en las categorías senior de béisbol y softbol, donde los hombres cobran y las mujeres no. Ellas trabajan gratis. Pero esta desigualdad no es única del CB Viladecans: ocurre en la mayoría de clubes de softbol españoles.
“Ser madre y jugadora es complicado”
Iborra, además de ser jugadora senior de softbol, es madre. Ella sola trabaja, educa a sus hijas y sigue luchando por jugar en el campo. “El hecho de ser madre y jugadora es complicado”, asegura Iborra. La deportista explica sonriente que cuando viajan a otras ciudades para jugar contra otros clubes tiene que “hacer varias maletas” para poder llevarse a sus hijas con ella. Pero Iborra recalca orgullosa que “el compañerismo y los valores del softbol” son una de las mejores formas de “educar a sus hijas”.
El Baix Llobregat tiene grandes deportistas galardonadas a nivel nacional e internacional, tan solo falta romper con la invisibilidad institucional y social en la que se encuentran hoy en día.
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