El cambio climático visto a través de los ojos de los viladecanenses. El Ayuntamiento y la Universitat de Barcelona (UB) han presentado este martes, en el Casal de Barri de la Montserratina, el documental ‘Testimonis de Clima’. Los siete protagonistas del film han asistido a la proyección junto al quinto teniente de alcalde en funciones de la ciudad, Jordi Mazón, quien ha colaborado en el desarrollo de este proyecto para concienciar a las nuevas generaciones de la velocidad a la que se está calentando la Tierra.
‘Testimonis del Clima’ se enmarca dentro del Vilawatt de la Gent, un espacio de encuentro para exponer la nueva compañía eléctrica de la ciudad, pionera en transición energética y ecológica a nivel nacional. Además del estreno de este martes en Viladecans, donde ha acudido mucha gente perteneciente a casales de la tercera edad, el documental tuvo una gran acogida en el Congreso del Clima celebrado en Budapest. “Ha tenido muy buena acogida en Europa, es pionero y, de hecho, una región italiana se puso en contacto con nosotros para impulsar esta iniciativa en su territorio”, ha explicado Mazón bromeando con los protagonistas del cortometraje de “la internacionalización” de sus actuaciones.
Memoria climática
El trabajo, realizado por técnicos municipales e investigadores de la UB, quiere servir como eje de divulgación y desentrañar las diferencias de temperaturas o fenómenos meteorológicos entre 2019 y 1940-1965, para demostrar que el cambio climático es una realidad. También tiene otro objetivo: hacer perdurar “la memoria de la gente mayor y que no se pierda”, según ha aseverado Mazón.
Manel de 87 años, uno de los testimonios del vídeo, recordaba con nostalgia “el pasado de Viladecans” y aseguraba que “no quiere perder la memoria histórica del pueblo”. Él ha sido uno de los principales oradores que, tras la proyección de ‘Testimonis de Clima’, se ha ofrecido para “hacer charlas en colegios y casales” para que no se pierdan esas vivencias y que la gente joven “conozca de primera mano la historia de Viladecans”.
En este sentido, el relato, a veces un poco exagerado, de las siete personas que integran el cortometraje, junto al profesor de la UB Javier Martín, sirve para concienciar y recordar no solo con datos, sino como una “ciencia ciudadana exacta” lo que se vivía 40 o 50 años atrás. No solo cambian las temperaturas, las lluvias o el sol, también las costumbres y tradiciones según la climatología. Aunque esta explicación también debería contrastarse con la aparición de la tecnología, resulta un punto de partida interesante para alertar del cambio climático en Viladecans y las ciudades mediterráneas.
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