Ciudadanos siempre ha apostado por pactos con los grandes partidos constitucionalistas que den estabilidad y que estuvieran centrados en hacer las reformas que necesita este país para progresar en la prosperidad y bienestar de todos los ciudadanos.
Desgraciadamente, por gobernar a toda costa, Pedro Sánchez no tuvo escrúpulos en explorar la senda que le había trazado Pablo Iglesias de construir una mayoría con todas las fuerzas contrarias al consenso constitucional: Podemos, ERC, el partido de Puigdemont, PNV, Bildu… Y eso a pesar de que algunas de estas fuerzas acababan de dar un golpe de Estado y continúan desafiando nuestra democracia.
Una mayoría que incluía a Bildu, formación que aun hoy homenajea a terroristas (198 homenajes a etarras se hicieron el año pasado y llevamos 50 en lo que va de año) y dirigida por un tipo inhabilitado hasta 2021 por pertenencia en organización terrorista que aun hoy hace declaraciones tan indignantes como “lo siento de corazón si hemos generado más dolor a las víctimas del necesario o del que teníamos derecho a hacer”.
Con esta mayoría es imposible gobernar como se demostró a los pocos meses, pero le permitió a Pedro Sánchez auparse en el poder y utilizar todos los resortes del gobierno para sus intereses partidistas en lo que fue la precampaña más larga y estéril de nuestra democracia. El PSOE consiguió ser la fuerza más votada, pero sigue sin haber conseguido una mayoría con la que gobernar. Lo que pretende es que los demás les regalemos el apoyo utilizando la espada de Damocles de que si no pacta con unos pacta con otros si hace falta porque lo único que le importa es ostentar el poder.
Mientras tanto, en Ayuntamientos y Comunidades Autónomas demuestra sus preferencias, llegando hasta el punto de estar dispuesto a depender de Bildu con tal de evitar que gobierne Navarra Suma, una coalición transversal de fuerzas constitucionalistas.
Eso sí, pretende que no haya una mayoría alternativa azuzando a la opinión pública contra alternativas que dependan del populismo de Vox aunque no accedan al gobierno ni decidan políticas. Mientras tanto, el PSOE gobierna con fuerzas populistas con total normalidad, realiza coaliciones electorales con fuerzas homófobas como Units per Avançar y trata de construir mayorías con fuerzas golpistas como ERC o dirigidas por terroristas como Bildu. Cs estaremos encantados de pactar con el PSOE, pero cuando asuma que no todo vale, pero me temo que mientras Pedro Sánchez siga al frente, esa opción será poco menos que imposible.