La Generalitat de Cataluña lleva muchos años paralizada por el ‘procés’. Era un proyecto fantasioso y voluntarista que excluía a más de la mitad de los catalanes y que estaba abocado al fracaso.
Los partidos independentistas se han metido en un callejón sin salida del que no saben salir porque no quieren renunciar a los postulados extremistas que les han llevado allí. Se han atrincherado en el Govern sin más consigna que aguantar porque lo único que les queda es conservar el poder.
Mientras tanto, los catalanes ven cómo su comunidad se va quedando atrás. En una economía cada vez más dinámica, no te puedes permitir una parálisis y una inestabilidad como la que está sufriendo Cataluña. Más de 5.000 empresas han sido expulsadas por el ‘procés’. Nos estamos exponiendo a una decadencia de Cataluña como hacía siglos que no se vivía. Y los primeros en padecerlo son los más vulnerables. La tasa de pobreza en Cataluña es la más alta en 15 años y eso a pesar que estamos en una fase expansiva de la economía. Los servicios públicos no paran de degradarse en Cataluña. En un año las listas de espera en sanidad no han parado de empeorar, un 7% más alta para intervenciones quirúrgicas, un 9% para visitas especializadas, cuando la situación ya era indignante. En dependencia estamos a la cola de toda España en listas de espera. 18.000 personas están esperando para una plaza de residencia, la media de espera de una plaza en Cataluña es el doble de la media nacional. La educación catalana es un modelo de fracaso que perpetúa las desigualdades y cuya prioridad es el adoctrinamiento nacionalista y la exclusión de una lengua como la española que no solo es hablada por 500 millones de personas en todo el mundo, sino que es la mayoritaria en Cataluña. Todo esto, mientras somos la comunidad autónoma con el IRPF más alto para la clase media y trabajadora y con más impuestos propios.
Cataluña no se puede permitir seguir igual, necesita un cambio. Necesita un gobierno que piense en todos los catalanes, que priorice en su bienestar y que no esté obsesionada en la confrontación con el resto de España. Porque cuando mejor le ha ido a Cataluña es cuando más integrada ha estado con el resto de España. Cs estamos preparados para gobernar porque somos la alternativa necesaria. III