Las dos ciudades del Delta han vivido un puente cargado de actividades festivas que funcionan cual fiesta mayor de invierno.
Los que no pudieron irse de puente este pasado fin de semana pudieron disfrutar de dos ferias de referencia en el Baix Llobregat que congregan cada año a más visitantes. Se trata de la Fira de la Puríssima de Sant Boi, que tuvo lugar del 6 al 8 de diciembre, y el Castrum Fidelis de Castelldefels, del 5 al 8. Dos ferias que celebran la tradición y el pasado de las dos ciudades y que se han convertido en una cita obligada y el auténtico pistoletazo de salida a la campaña navideña.
Sant Boi dedicó este año su Purísima a la sostenibilidad, con una feria en la que se puso de relevancia la problemática de la polución y la contaminación de plásticos que azota los mares. En la 73 edición de la feria, Sant Boi salió a la calle para disfrutar de las diversas actividades programadas y del recinto ferial, que ocupó buena parte del centro urbano y congregó a miles de visitantes no solo de la ciudad, sino que también de municipios vecinos. En este sentido, la alcaldesa Lluïsa Moret considera la feria como un "escaparate" de Sant Boi, y es por eso que se quiso poner énfasis en la protección del medio ambiente.
Por otro lado, la feria sirvió también para reivindicar los productos locales. Al hilo de esto, ayer domingo se entregaron en el marco de la feria los premios a la mejor cerveza de la Purísima. El número 1 recayó sobre Quer, mientras que Lo Vilot y Plaga completaron el podio. Ayer también fue el día especial para la cultura popular, con el desfile de cabezudos y las sardanas a cargo de la Cobla Lluïsos de Tarradell, en la plaza Gaietà Mestres i Parés.
Viaje al pasado medieval
Por su parte, Castelldefels celebró este puente su tradicional feria medieval Castrum Fidelis. Una nomenclatura que hace referencia al nombre que recibían estos lares allá por el año 1.000 y que sirve para animar cuatro días durante los cuales se llevan a cabo múltiples actividades. La fiesta arrancó con frío y lluvia, cosa que obligó a pasar algunas actividades, como el mercado, al día 5. Pero la climatología no fue impedimento para celebrar una feria cuyo programa recae en gran parte sobre la Agrupación de Cultura Popular de Castelldefels (ACPC), la encargada de celebrar la diada castellera, los 'grallers', el pasacalles o el 'correfoc'.
En el marco del Castrum Fidelis se llevó a cabo la subida al Castillo, que este año ha llegado a su 37 edición. Los participantes salieron desde la Oficina de Turismo en la playa y llegaron al emblemático monumento local. Un castillo que era la referencia de la zona en el Medievo, que ha vuelto a centrar gran parte de la temática de la feria. El mercado medieval ofreció productos diversos y zonas de juego para los más pequeños, además de propuestas de recreación histórica e incluso una justa de caballeros.