Lluvia de millones para comenzar el año
viernes 03 de enero de 2020, 11:45h
El año 2019 ha finalizado en el Baix Llobregat y L’Hospitalet con una lluvia de millones. No, no nos referimos al Gordo de la Lotería de Navidad, pese a que ha dejado 6 millones en Abrera y algo menos en L’Hospitalet, correspondiente a dos quintos premios. Estamos hablando de los presupuestos.
En diciembre, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) -las terceras cuentas más importantes del país, detrás de las de la Generalitat y del Ayuntamiento de Barcelona- aprobó un presupuesto de casi 2.000 millones de euros. Poco antes, la Diputación de Barcelona había hecho lo propio, dando luz verde a unas cuentas de 900 millones de euros. Y en el ámbito municipal, destacan los presupuestos de la segunda ciudad de Cataluña, L’Hospitalet, que ha tirado adelante sin problemas -de acuerdo con la mayoría absoluta de la que gozan los socialistas allí- unas cuentas que ascienden a 261,4 millones de euros, 13,5 más que el año pasado. Otros grandes municipios que entran en 2020 con sus deberes hechos y las cuentas aprobadas en los respectivos plenos son Sant Boi -aprobados el 20 de diciembre, con 83,5 millones de euros-, Gavà -que fueron tempraneros y cerraron en noviembre sus cuentas de 54 millones-, Martorell -que los aprobó casi a final del año, casi 40 millones de euros-, Sant Andreu de la Barca -26,2 millones de euros- o Castelldefels -85 millones millones de euros-. De hecho, la gran mayoría de ayuntamientos han aprobado ya sus cuentas municipales, en un escenario que poco se parece al de hace cuatro años, cuando los partidos -o, mejor dicho, el partido, el PSC, con el apoyo del espectro ecosocialista- que habían gobernado toda la vida con relativa calma en la comarca se dieron de bruces con la necesidad de pactar las cuentas con otras formaciones políticas de nuevo cuño. Ahora, en 2020, la situación ha cambiado y la aprobación de presupuestos y tasas municipales ha dejado de ser un dolor de cabeza para los alcaldes y una amenaza para la estabilidad municipal. Sea como sea, comenzar el año con el presupuesto aprobado es una buena señal que se ha de traducir en inversiones y actuaciones necesarias para avanzar.
A diferencia del bloqueo político que aqueja a la política estatal y catalana, a nivel municipal parece que las dinámicas vuelven a ser independientes de la situación nacional. Buena muestra de ello es el pacto al que se ha llegado en Olesa para gobernar. El Bloc Olesà, que pese a ganar holgadamente había perdido la mayoría absoluta obtenida en 2015, ha llegado a un acuerdo con Junts, con quien sigue sin sumar pero apuntala el gobierno en minoría del alcalde Miquel Riera. O lo que es lo mismo, neo convergentes que pactan con una formación de la órbita ecosocialista. Nos espera un año interesante.