Una de las principales enseñanzas de la crisis de la CoVid19 es que los problemas complejos requieren soluciones complejas.
Como si fuera una Hidra de varias cabezas, la pandemia está teniendo dramáticas consecuencias sanitarias y, al mismo tiempo, unas derivaciones sociales y económicas no menos traumáticas. El resultado es una crisis humanitaria cuya complejidad está poniendo a prueba los modelos de gestión pública y de gobernanza.
Un reto de estas dimensiones pide ser abordado desde un enfoque sistémico, complejo por tanto, que se atreva a ensayar nuevas fórmulas de colaboración entre la administración pública y las empresas, la sociedad civil y las comunidades de innovación. Se trata de iniciativas cuyo principio motor es la cooperación y la generación de conocimiento y que encuentran un excelente campo de acción en el ámbito local.
En este sentido, el programa Reactivem Sant Boi ejemplifica perfectamente este tipo de intervenciones. Surgido de la complicidad entre el gobierno local y los agentes económicos del municipio, su finalidad es reactivar la economía del municipio en un contexto inestable y cambiante como el actual a través de la puesta en marcha de nuevos proyectos empresariales y de fomento del consumo local, así como de medidas de apoyo a la economía de las familias y al sector cultural.
A la espera de evaluar los resultados del programa, la experiencia ha sido gratificante por cuanto la confianza y la generosidad se han alzado sobre la pluralidad de visiones para generar unos objetivos compartidos que dan respuesta a las necesidades de la ciudadanía y se orientan, en definitiva, al servicio del bien común. Este es, sin duda, el camino. III