Sensatez ante las ocupaciones de viviendas
viernes 02 de octubre de 2020, 06:18h
La ocupación ilegal de viviendas es un fenómeno creciente con especial incidencia en nuestro entorno. Desde 2015 las denuncias en toda España han aumentado más de un 40% y la provincia de Barcelona concentra más del 35% del total.
Es decir, más de 1 de cada 3 ocupaciones que se realizan en España son en nuestra provincia.
No son un hecho espontáneo, se trata en gran medida de bandas organizadas que trafican con las viviendas y extorsionan a los propietarios. No podemos idealizar con una visión romántica las ocupaciones y negar la seguridad jurídica de los propietarios, muchos de los cuales han conseguido su vivienda tras una vida de duro trabajo y ahorro. Negar la seguridad de los propietarios además degrada las comunidades de vecinos, empeora la convivencia y únicamente favorece a las mafias, la seguridad privada o que la gente se tome la justicia por su mano.
El derecho a la vivienda no se garantiza por la fuerza, colisionando con el derecho a la propiedad privada, sino con inversiones públicas en vivienda de alquiler social que la Generalitat, que es quien tiene la competencia, desatiende de forma recurrente porque cuesta dinero. La ley del derecho a la vivienda se hizo en 2007 y establecía un plazo de 20 años a la Generalitat para hacer un parque de vivienda de alquiler social que alcanzara el 15% del total. Han pasado 13 años, el 65% del plazo estipulado, y no llegamos ni al 2%. ¿Por qué? Porque Cataluña es la comunidad autónoma que menos porcentaje del presupuesto destina a vivienda. Estamos a la mitad de la media española. Destinamos el 0,6% cuando Madrid, por ejemplo, destina 1,5% y esto es así porque los independentistas prefieren invertir en TV3 o pseudoembajadas para desprestigiar España que en vivienda.
El derecho a la vivienda es una cuestión compleja, en la que hay que garantizar los derechos de quien ya la tiene y los de quien no puede acceder a ella. Por eso hay que abordarlo con medidas sensatas y no desde populismos de uno u otro signo que solo buscan exacerbar las pasiones.
Por eso celebramos que en l’Hospitalet hayamos conseguido aprobar la propuesta que hicimos para elaborar un plan municipal contra la ocupación ilegal gracias al consenso impulsado por Cs entre las fuerzas constitucionalistas para evitar la tentación populista y hacer medidas sensatas que miren por el conjunto de los ciudadanos.