Es un secreto a voces. Pero muchos chefs con relumbrón Michelin son reticentes a explicarlo abiertamente: la lubina que se emplata en sus restaurantes, libre de anisakis, de considerable grosor, jugosidad e impecable sabor es Aquanaria
La empresa santanderina las cría en viveros naturales controlados dentro de las traslúcidas aguas de la isla de Gran Canaria. Pero el cliente prefiere la versión romántica de que come lubina salvaje cuando paga en un estrella Michelin. ¿Por qué?
La acuicultura gourmet
La acuicultura tiene asociadas connotaciones negativas. De una lubina salvaje, buscamos la tersura de su carne y tenemos la creencia de que se ha alimentado mejor. Y no siempre es así.
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