El año 2020 ha llegado a su final, y comienza un 2021 donde todos hemos depositado los mejores deseos, nuestras esperanzas, para superar la terrible pandemia que nos azota, y que tanto nos ha cambiado la vida.
Probablemente, el año que finaliza pocos momentos positivos nos deja como sociedad. Ha sido un año tremendamente difícil. No podemos dejar de recordar a quienes nos han abandonado y a los que han luchado y siguen haciéndolo contra el virus. Pero también debemos de volver a agradecer el trabajo y esfuerzo de muchos profesionales que han estado en primera línea poniendo en riesgo su salud y la de los suyos por cuidarnos a todos.
A nivel más municipal, en Castelldefels 2020 también será recordado porque nuevamente el gobierno local subió los impuestos a los vecinos. Se aumentó la presión fiscal a los autónomos, pymes y emprendedores, a la par que se les pedía que cerrasen sus negocios y dejaran de facturar, provocando ERTEs y pérdidas de empleos. A ingresos cero, impuestos cero hemos reclamado desde el Partido Popular, pero los que gobiernan siguen haciendo oídos sordos, y condenando a la ruina a más de una generación.
Dejamos atrás un año de inundaciones pero la ciudad sigue sin resolver la falta de alcantarillado y de colectores que se necesitan. Cambiamos de año, pero en el poder siguen los mismos con los mismos malos hábitos, y con las prioridades diferentes a lo que de verdad se necesitan. Se van a gastar 6 millones de euros en la reforma de la Av. Constitución, cargándose 300 plazas de aparcamientos, cuando lo que se necesita es un plan de choque para las empresas y un plan de empleo municipal para que los vecinos recuperen sus trabajos.
Sigue pendiente la falta de medios para la policía local para luchar contra la okupación ilegal de viviendas, contra el top manta y el incivismo que padece Castelldefels. Sin embargo, 2020 será el año en el que se instalaron en 4 puntos de la ciudad radares para sancionar y recaudar más multas a los vecinos.
Es el año que una famosa marca de automóviles anunció que dejaba Barcelona y enviaba al paro a decenas de vecinos, y de “premio” el gobierno municipal adquirió 8 vehículos a esa empresa. Se recordará como el año en que el gobierno local se peleaba y se rompía por el poder, y se dejaba de investigar las denuncias de boicot a proyectos municipales y de mentir a la ciudadanía. Sin duda, un año para dejar atrás, pero no para olvidar. Porque no debemos dejar que se vuelvan a cometer los mismos errores. Castelldefels necesita un cambio de rumbo, un cambio de prioridades, y algunos, estamos dispuestos siempre a dar el giro de timón que necesitamos. ¡Cuento contigo! ¡Feliz año! III
Si (
No(
