Las colonias de gatos callejeros, (técnicamente gatos comunitarios) preocupan mucho a los municipios Baix Llobregat y también a L’Hospitalet. Las últimas olas de frío, el desconocimiento del número exacto de felinos que hay en cada municipio y las dificultades para dignificar la vida de estos animales son los principales retos de gestión a los que se enfrenta cada gobierno local. La respuesta al problema ha llegado desde LlobreGats, una asociación formada por voluntarios amantes de los felinos, que ha puesto en marcha una original iniciativa de refugios y “hoteles” para gatos sin hogar a partir de contenedores de basura reciclados que está teniendo un éxito arrollador en todas partes, incluso a nivel estatal.
Cualquier municipio de España está obligado por ley a hacerse cargo de las colonias de felinos comunitarios, tarea a veces complejas ya que son muy prolíficos y en numerosas ocasiones los gatos no quieren ser adoptados porque su casa es la calle. Los miembros de LlobreGats llevan más de 15 años echando un cable a los ayuntamientos del Baix pero la revolucionaria idea de los containers se les ocurrió hace solo seis años. A José Luis Rodríguez, portavoz de la entidad y trabajador en un vertedero, se le encendió una bombilla y tuvo la visión de que los contenedores de reciclaje en desuso podrían tener una segunda vida como viviendas gatunas. Así, y con el apoyo de varios voluntarios de la entidad, nacieron los primeros “CatDonalds” y “CatHoteles”.
Los “CatDonalds” son puntos móviles donde los felinos callejeros pueden comer y beber tranquilamente y que tienen un apartado posterior para guardar materiales y alimentos . Los “CatHoteles” son residenciales más grandes cuya característica principal es que en su interior albergan envases de porexpan, neumáticos o cajas de frutas que hacen las veces de lecho para el descanso de los gatos. Este nuevo y original mobiliario urbano está reconocido y protegido por cada ayuntamiento, y luce siempre un cartel oficial con el logo municipal junto al de la entidad.
Rodríguez asegura que en municipios que ya tienen “CatDonalds” y “CatHotels”, como Sant Boi, Abrera, Sant Just Desvern, El Prat o Esparreguera (el último en añadirse), “el recibimiento por parte de los vecinos es muy positivo.” El éxito de los refugios felinos de LlobreGats se ha expandido más allá del ámbito comarcal y se ha exportado a municipios de Navarra, Guadalajara, A Coruña o Valencia que planean ponerlos a disposición de sus colonias felinas. Además, la asociación ha recibido un cierto reconocimiento internacional de ciudades de Andorra, Nueva York, Montreal o Birmingham.
Emmanuel Ortí, concejal de Salut Pública de Esparreguera, asegura que el proyecto no sólo “dignifica las colonias de felinos”, sino que es “un proyecto de economía circular muy beneficioso para los ayuntamientos”. “Con esta iniciativa se reutiliza algo que ya no está en uso para darle una segunda vida”, relata Ortí. En Esparreguera ya han aplicado el protocolo CER (captura, esterilización y retorno) de los miembros de las colonias, los han censado y están en proceso de instalar cinco contenedores. A partir de ahora, la vida de los gatos callejeros de la ciudad podrá ser más fácil, tranquila y segura y solo tendrán que preocuparse por escoger la mejor cama del hotel gatuno. III
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