Son muchos los vecinos que durante las diferentes etapas del confinamiento nos han planteado cuestiones realmente interesantes y que abren un debate que quizás antes no se había planteado en profundidad.
Con el cierre comarcal, cómo es posible que un vecino de Cornellà no pueda ir a Hospitalet, municipio vecino, pero sí que pueda ir a Martorell. ¿Es lógico? ¿Tiene sentido no poder cruzar de acera porque el otro lado de la calle pertenece a una ciudad distinta, aunque sí se puede coger el coche e ir al interior de la comarca a kilómetros y kilómetros de distancia?
Los vínculos que tienen los municipios de la zona delta es más intenso con Barcelona y con Hospitalet, que con la zona interior de la comarca, pero organizativamente pertenecen a Administraciones diferentes lo que no siempre facilita el día a día de la ciudadanía.
Otra cuestión que está sobre la mesa es la necesidad de pertenecer al mismo tiempo al Consell Comarcal de Baix Llobregat y al AMB (Area Metropolitana de Barcelona). ¿No suena algo redundante e incluso superfluo? Si el AMB cada día transporta a centenares de miles de personas, ¿por qué el Consell Comarcal tiene que encargarse de un tipo de transporte más reducido que podría ser gestionado también por el AMB de forma más eficiente?
No parece razonable que los contribuyentes, que son al final quienes pagan y sostienen a todas esas Administraciones, tengan que soportar una elevada presión fiscal porque el modelo territorial que tenemos en el entorno de Barcelona, no se ajusta a la realidad cotidiana y a las necesidades de los ciudadanos.
Son muchas las carencias que tiene el Baix Llobregat, una comarca habitualmente olvidada por los diferentes gobiernos autonómicos. Hay que buscar un mejor encaje que pase reformar las propias Administraciones en materias como el transporte, la vivienda, la seguridad o el empleo. Una mayor simplificación de algunas estructuras redundaría en un mejor servicio y menor coste para quienes al final pagamos las facturas con nuestros impuestos. III
Si (
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