En un mercado editorial tan condicionado por los estrenos cinematográficos, no dejar de ser singular que los cómics de La Patrulla X vuelvan a copar las mesas de novedades sin que haya una serie o una película de por medio. Mientras que los suscriptores de Disney+ disfrutan de Wandavisión o Falcon y el Soldado de Invierno, los mutantes marcan el paso en Marvel.
Y en una época en la que la intolerancia parece cotizar al alza, no está de más que una serie creada para transmitir un mensaje de tolerancia y fraternidad recupere terreno.
No puede decirse que los mutantes hayan estado ausentes de los cines. De hecho, en mitad de la pandemia algunas salas estrenaron Nuevos Mutantes y apenas han pasado un par de años desde X-Men: Fénix Oscura. Sin embargo, se trata de cintas sin imbricación argumental con el exitoso Universo Cinematográfico Marvel, ya que la compañía había cedido los derechos de explotación audiovisual de estos personajes a 20th Century Fox.
Naturalmente, que Marvel haya recuperado los derechos cinematográficos ha influido en que La Patrulla X haya recuperado su relevancia editorial. O sería más preciso decir que debió de influir en la designación de Jonathan Hickman como guionista de las aventuras de Lobezno, Magneto y compañía, y que su talento ha materializado el deseo de los editores y accionistas. Tras cautivar tanto a la crítica como a los lectores con su trabajo en Los 4 Fantásticos y Los Vengadores, el autor ha logrado que miles de lectores hayan recobrado el interés por leer las aventuras de personajes tan emblemáticos del noveno arte.
Con Hickman ahondando mes a mes en esa metáfora de los colectivos oprimidos que siempre han sido los mutantes, y con Disney+ reponiendo la serie de dibujos animados con la que muchos descubrimos a estos superhéroes, parece haberse dado el momento propicio para devolver a las librerías esos clásicos de La Patrulla X que moldearon el género. Panini ha cerrado el trimestre llamando la atención de los nuevos lectores sobre dos de las historias más aclamadas de la cabecera: La saga de Fénix Oscura y Dios ama, el hombre mata. Esta última, a pesar de haberse publicado originalmente en los años ochenta, desgraciadamente renueva su vigencia con cada agresión xenófoba, con cada declaración que busca marginar a un colectivo. Y es que, en un país en el que algunas fuerzas políticas se empeñan en introducir el racismo, la homofobia y la misoginia en la discusión política, la de Chris Claremont debería ser una lectura recomendada en las escuelas. Una receta bibliográfica contra el odio.
Por último, este trimestre tan mutante de Panini nos ha traído también una delicia de tomo en el que treinta y siete dibujantes se han unido para rendir tributo a un hito en la historia de Marvel: el Giant Size X-Men. Ilustradores españoles como David Baldeón o Javier Garrón, y algunos de los nombres de moda como Chris Samnee o Marco Checchetto redibujan cada uno de ellos una de las páginas del cómic original, con su propio estilo, para homenajear a los autores originales, Len Wein y Dave Cockrum. ¡Puro disfrute para todos! III