Hablemos del factor humano, ¿que prima en vuestra empresa? Tras tantos años y tantas crisis que el sector automotor ha superado de diversas formas, ¿a qué obedece?
Mi familia perteneció a la izquierda en un sentido amplio, yo nací en un piso de 40 m2, y que tengamos ahora 25.000 m2 de instalaciones, 55 empleados y hayamos vendido 100.000 vehículos, no me hace olvidar nuestros orígenes. Mi bisabuelo lampista, mi abuelo taxista pluriempleado -mecánico y tallerista en sociedad-; y en 1940 ya con taller propio. Después mi padre, con buen criterio, se adhirió en 1964 a la red Renault. Yo seguí esta senda, con Skoda y Opel con una filial. Como verás, la atracción por la técnica y la empresa propia, viene de lejos en un período de payeses y obreros por cuenta ajena.
En esta línea damos importancia a la formación y tenemos convenios con diversas escuelas de FP locales y de la comarca. Nuestros empleados con trayectorias largas de media (30 años), realizan cursos de reciclaje y formación. Como detalle, tras la crisis de los chips y del Covid, nuestras dos vendedoras “on line” están resultando muy eficaces.
Yo mismo hice 3 años de Económicas, en el 4º año se produjo el cierre de la facultad y mi padre me animó a entrar ya en la empresa; mis dos hijos están titulados en ADE y tienen densos currículos en buenos destinos, antes de incorporarse a la empresa.
¿Habéis recibido ayudas públicas o atenciones especiales de las autoridades locales, dado vuestro arraigo local y comarcal?
No, nosotros somos patrocinadores de la feria de la Purísima, desde el principio; sin embargo, desde hace muchos años, no conseguimos allá ninguna venta. Permanecemos en ella como una tradición familiar, aunque con su orientación lúdica y generalista, yo tenga reservas. Creo que una ciudad debe tener “un objetivo estratégico de ciudad”, un “¿a dónde vamos?”. Y en este sentido añoro a ASETAC, la patronal que desapareció. Sant Boi necesita un espacio ferial, del tipo “Pirámides” de Cornellá o la “La Farga” de L’Hospitalet, centros polivalentes que acojan desde teatro, actos públicos, exposiciones… Con un gerente profesional más allá de bien intencionados concejales. No se nos olvide que Sant Boi tiene una probada casta empresarial: Barreda, Velasco, Gallés, Esteve, Clariana, Fenés-Vendrell, Garro, Ventura de Ordesa, Riera, Parés, Durán, y otros con los que sería bueno contar más.
Sant Boi, sede del grupo Ros, tenía el objetivo de alcanzar los 100.000 habitantes y ciertamente podría ser posible ocupando los 167.000 m2 del cuartel y la subestación Endesa. ¿Qué opinas de esta posibilidad que ya se dio en Gavá y en L’Hospitalet, al recibir terrenos militares para recalificarlos como viviendas?
Esta posibilidad es bien cierta, sin embargo, preferiría esponjar el territorio con un “Hyde Park” urbano; también reconozco que se está edificando en lugares difíciles y discutidos. Por otra parte, sé que la mayoría de los payeses del “Parc Agrari” desean vender sus tierras, dadas las dificultades crecientes del sector. Así pues, Sant Boi tiene una buena reserva de suelo que debe administrarse con tacto a medio plazo.
Hablemos del sector automotor tan importante en España, pero a escala de un concesionario en red como sois vosotros.
Somos a nivel local los primeros, y a nivel comarcal entre los primeros; hemos contribuido a impulsar una zona de especial interés económico, para la compraventa de coches en la C-245, una zona que debe solucionar la rotonda fatídica y ultimar la BV-2002, incomprensiblemente retrasada.
Por otra parte, nuestra clientela es comarcana y repetidora, tenemos vendedores que la cuidan (con sueldos de 1.500 hasta 4.000€), dependen de esta especial atención a la clientela. Además, todo esto se refuerza con una plantilla de unos 1.000 empleados de la red que nos atienden: publicidad, decoración, informática, sistema de residuos y reciclaje, logística, formación, financiera y muchos otros complementos de servicio. Vale decir que la venta de coches ya no es un negocio fácil, son necesarias reservas de capital anticipado, para un mercado muy competitivo y que ha reducido el margen de la pura venta -a 50 o 100 euros según modelo-; obteniéndose el beneficio de una larga serie de sumandos que se ofertan al cliente. Como pueden ser el de la “Encuesta de calidad”, la financiación y otros muchos, de este “suma y sigue” que nos propone el fabricante. Aun así, nos hemos adaptado y tenemos diversos premios de excelencia empresarial.
Pasado, presente y futuro de vuestra empresa en vista de las últimas dificultades.
Si miramos hacia atrás, sin nostalgia vemos los años 60 y hasta los 90 excelentes en ventas y en confianza del sector. Tras los JJOO, una crisis de ventas, una gran remontada en 2007, y nueva crisis en el 2008 muy grave; aquí aguantamos sin despedir, que era la solución recomendada, para aligerar gastos, pero fieles a nuestra esencia, no lo hicimos. Fue costoso no hacerlo. Después aparecieron muchas marcas y modelos innovadores.
Ahora llevamos tres años de crisis por los semiconductores, con entregas sobre el medio año de espera y con pedidos personalizados. El Skoda se vende bien, el Renault un tanto estancado, y por el contrario el Dacia, muy bien: ha sido el coche de la crisis. La globalización y el sistema de López de Arriortúa para reducir costes se ha demostrado falible.
El combustible fósil tiene los días contados y se impondrá, dadas las crecientes limitaciones para conducir en ciudad, el coche tripulado y las flotas de alquiler. También innovaciones en el proceso de ventas, por ejemplo el de “Tesla”: el vendedor facilita una información exhaustiva del vehículo pero el precio final, te lo da un ordenador.
¿Algo desagradable ocurrido en el largo devenir de la empresa?
Anécdotas a miles, para hacer un libro, pero molesto en especial fueron los robos de coches, catalizadores y recambios; por suerte nuestro servicio de alarma y vigilancia es muy bueno y no se han repetido. También en la época de la campaña de ETA contra Francia, tuvimos una amenaza de bomba en Gavá, con desalojo y comprobación por los Tedax sin consecuencias, por suerte. Lo positivo prima sobre lo negativo, seguro.
Ya jubilado, ¿tienes algún deseo especial, alguna asignatura pendiente?
Deseo, cómo no, que Jaume y David, permanezcan avenidos y con ganas de mejorar la empresa. Ambos tienen sólidas trayectorias profesionales, han demostrado que podrían vivir bien fuera de la empresa familiar, aunque dadas mis circunstancias de salud y la fuerte crisis última, decidieron entrar en la empresa. Yo me he apartado de la gestión, sí hago una visita diaria paseando desde casa, como otros muchos jubilados de la empresa, pero me he echado al lado para que ellos gestionen con libertad. Me molesta la fuerte fiscalidad catalana sobre la empresa familiar y el sector motor; un catalán que compre un coche en Fraga, por decir un lugar próximo fuera de Cataluña, le resultará más barato, por nuestros impuestos. Ahora, cuando se pueda, me gustaría viajar al Medio Oeste de Estados Unidos, con mi inglés insuficiente. Yo estoy contento de haberme dedicado a la empresa; cuando iba al pueblo de mi madre en Lérida de vacaciones, siempre animaba a los payeses de allá, a que hicieran empresas para comercializar sus productos. He sido feliz con mi actividad empresarial de dar servicio a mi comunidad.