El innovador proyecto de acercar la industria agroalimentaria al Parc Agrari del Baix Llobregat ya empieza a cosechar adhesiones entre los propios payeses del Delta. El Institut Agrícola, una asociación de empresarios agricultores de Viladecans, Gavà y Sant Boi ha salido a la palestra para defender el proyecto impulsado por sus tres ayuntamientos de convertir la ‘despensa’ del área metropolitana de Barcelona en un hub de empresas dedicadas a la agricultura 4.0 en colaboración con la Universidad Politècnica de Catalunya (UPC), el Institut d’Investigació i Tecnologia Agroalimentaria (IRTA) y Mercabarna.
El Institut Agrícola, fundado en 1851 y miembro de la patronal Foment del Treball, ha etiquetado la iniciativa como “vital para la economía catalana y española” y que además “garantiza la agricultura de proximidad de la Gran Barcelona”, con sus 3.500 hectáreas de terreno productivo. “Es necesario y realista poner un plan de estas características”, han asegurado fuentes del instituto.
Los payeses del Delta consideran que el proyecto del hub agroalimentario “está alineado” con el que el propio instituto ha redactado conjuntamente con Foment del Treball y que fue presentado el pasado 21 de marzo. El documento sectorial ofrece alternativas “ante el posible desabastecimiento de productos básicos en los mercados internacionales a corto y corto-medio plazo, del que alertan las autoridades europeas y españolas. No puede obviarse que actualmente muchos lineales de productos agrícolas de los supermercados y las tiendas metropolitanas se nutren “de las de las importaciones, fundamentalmente de países extracomunitarios”. Esta dependencia, subrayan los agricultores “está haciendo perder competitividad a la economía agroalimentaria catalana, cuando ésta es perfectamente capaz de ofrecer las materias primas necesarias”, aseguran desde el Institut Agrari.
Falta de coordinación
Los payeses del Delta han atribuido el desequilibrio entre capacidad productiva y oferta real “a la falta absoluta de coordinación entre producciones, la falta de predictibilidad de lo que se va a producir, cuándo y dónde (fundamental para los transformadores y distribuidores) y la llegada a mercado a precios razonables tanto para el agricultor de base como para la industria y, evidentemente, para el consumidor final”, han señalado fuentes del instituto.
El sector agrícola del Delta considera “indispensable” para su futuro que “el Parc Agrari dejen de ser un modelo intocable para dar paso a estructuras productivas competitivas, bien conectadas entre sí, coordinadas y bajo unas instituciones y reglas sólidas, con independencia del tamaño de las explotaciones y su titularidad.”. Y para ello reclaman “las reformas necesarias para que el ‘hub’ agroalimentario sea una realidad”.
Seguridad jurídica
Desde el Institut Agrari han insistido en que el primer elemento imprescindible para que el ‘hub’ prospere es “dotar de seguridad jurídica a las inversiones a realizar” y han recordado que hay que actuar de forma urgente para modernizar el actual sistema hídrico “de manera que se acaben las constantes inundaciones de los terrenos en cuanto se producen lluvias más o menos considerables”. Para ello es necesario que la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) “ejecute las obras de canalización y las infraestructuras” que llevan años reclamando sin que “hasta la fecha se hayan ejecutado”, han recordado los payeses.
Los agricultores del Delta también consideran innegociable “proteger la propiedad privada y facilitar el relevo generacional en las explotaciones” “En este momento, tenemos una fiscalidad confiscatoria que impide que el sector agroalimentario pueda pasar fácilmente de padres a hijos y también que su explotación continúe sendo económicamente viable”, han agregado.
Modificación fiscal
Para atajar la situación, el Institut pide “una modificación total de la fiscalidad patrimonial tanto a nivel autonómico como local” para que impuestos como el de Patrimonio, Sucesiones, Plusvalía o la simple actualización de valores catastrales no se disparen y “se apliquen a ganancias reales, no ficticias”, especialmente cuando se trate de herencias.
En tercer lugar, la entidad englobada en Foment del Treball también ha propuesto que se ponga fin “a los corsés que la normativa actual impone a la colaboración público-privada de los centros de investigación, Universidades y explotaciones de base”. Una posible solución sería ensayar nuevas prácticas y nuevos usos para los terrenos agrícolas “bajo la fórmula” de ‘sandbox regulatorio’ que resulte de la experimentación agronómica que ya está definiendo cómo será la agroalimentación del futuro. “Se necesita un entorno abierto, dinámico y competitivo permita realizar este tipo de pruebas que son de aplicación práctica directa sobre la producción”, han señalado.
Desarrollo armónico
Por último, los payeses consideran “imprescindible” que se establezca una coordinación entre los diferentes planes de ordenación del territorio, planes urbanísticos y desarrollo de suelo industrial “de manera armónica”. Los agricultores del Baix consideran que el hub agroalimentario puede acabar siendo una gran herramienta “analice los problemas actuales y los convierta en oportunidades.