Los buenos resultados cosechados en la pasada Semana Santa (85% de ocupación) sumados a los muy prometedores niveles de reservas consumadas en mayo y en junio (por encima incluso del 90%) abren la puerta a una nueva temporada pletórica de éxito para el turismo de sol y playa y sus múltiples variantes tanto en julio como en agosto.
El optimismo ha vuelto a la hostelería y la restauración del Baix Llobregat “El sector está muy animado, se están consiguiendo ya las cifras de 2019, el año antes de la pandemia”, asegura Eva López, concejal de turismo de Castelldefels. Una prueba de que las cosas van viento en popa en la capital turística de la comarca es que los establecimientos del sector han fichado más personal para la campaña estival que hace dos años. En concreta, se ha pasado de 2.392 contratos a 2.536, un dato “muy a tener en cuenta porque el turismo supone el 15% de los puestos de trabajo de la ciudad”, subraya López.
Los protagonistas de la temporada estival en la comarca van ser una vez más familias chiringuito y bronceador que vuelven, como el estribillo de la canción del verano, a clavar el parasol en la arena. Pero cada vez más a la toalla y la buena mesa se suman también la bicicleta y la naturaleza. “El turismo familiar sigue siendo el principal activo de la comarca, pero la oferta se amplía cada vez más allá del ‘sol y playa’ tradicional, porque ha subido el nivel de exigencia y hay más demanda de productos culturales, de gastronomía, de naturaleza o de actividades deportivas”, reconoce Gemma Rodríguez, consejera de Turismo del Consell Comarcal del Baix Llobregat.
No obstante, el perfil del visitante habitual de la comarca sigue siendo el de un ciudadano de Cataluña y del resto de España, de entre 30 y 40 años, que viaja con la familia. Entre el 60% y el 70% de los turistas del Baix Llobregat tiene nacionalidad española y entre los foráneos son mayoría los procedentes de Francia. “Se está atrayendo cada vez a más turistas extranjeros pero la foto de este verano va a ser muy similar a la de 2019”, asegura Rodríguez.
Un paquete que también está volviendo a niveles pre-pandemia es el turismo de negocios, ferias y congresos (que en 2019 suponía el 50% de las pernoctaciones) y que está experimentado “una reactivación”, señala la consellera de Turismo, aunque no ha recuperado los guarismos de hace dos años. También funciona como un tiro en Castelldefels el turismo deportivo que desde hace relativamente poco tiempo está llenado la ciudad de visitantes movidos por las grandes competiciones. “Es un producto que vamos a potenciarpara desestacionarlo”más allá de la temporada de verano, incide López.
Otro as que Castelldefels se guarda bajo la manga como reclamo turístico, con la intención de lanzarlo sobre el tapete cuando esté más maduro, es la creación “de un plato típico potente que sea la imagen gastronómica de la ciudad”, avanza la edil y que tendra mucho que ver con los productos de kilómetro 0 y el Parc Agrari. Los afamados restauradores de la ciudad ya trabajan en ello y confían en incluirlo cuanto antes en sus cartas.