El Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat ha aprobado el Plan de emergencia en situaciones de sequía en la ciudad. Esta es una iniciativa que se encarga de prever las posibles acciones municipales que realizaría la ciudad, en el caso de que se produjera una declaración de estado de sequía por parte de la Agencia Catalana del Agua, de forma que el plan busca garantizar un suministro suficiente de agua en buen estado.
De esta forma, además de las directrices general que establecen las autoridades catalana y metropolitana, el plan de L’Hospitalet les permitirá prever las medidas que tendrán que aplicar en la ciudad por parte del Ayuntamiento, con el objetivo de ahorrar recursos hídricos. Por tanto, según si la situación decretada es de alerta, excepcionalidad o emergencias, las medidas de restricción del consumo de agua afectarán en diferentes grados; en el riego de jardines y zonas verdes, las fuentes ornamentales, el llenado de piscinas y la limpieza con agua de calles y vehículos, entre otras acciones.
Además, en el caso de activar el plan, también han incluido actuaciones como la ampliación de la detección de fugas, el seguimiento del consumo de los grandes consumidores, la regulación del uso del agua potable para usos deportivos y lúdicos, la intensificación de controles, la imposición de sanciones en el caso de ser necesario, y un protocolo de comunicación en la población.
Finalmente, el Ayuntamiento ha establecido en este plan es la creación del Comité Técnico Municipal de Sequía, el cual se encargaría de gestionar el estado de sequía y estaría formado por técnicos de Servicios Municipales, Espacio Público, Medio Ambiente, Salud Pública y Protección Civil, además de personal de la empresa concesionaria del abastecimiento de agua de L’Hospitalet.
Actuaciones por un consumo responsable del agua
Según los datos compartidos por el Ayuntamiento de L’Hospitalet, en los últimos tres años se han consumido 11,9 millones de metros cúbicos de agua como media anual, de los cuales el 76,9% se utilizaba durante el uso doméstico. Por tanto, a nivel general, las primeras medidas que se adaptarían frente a una sequía serían el disminuir el volumen de agua suministrada en los municipios, reduciendo la presión y, en el caso de ser necesario, aplicando restricciones de suministro.
Y es que tan solo una persona puede llegar a consumir entre 100 y 200 litros de agua potable en un día, por lo que, si se toman medidas para ahorrar, se puede llegar a reducir un 30% el consumo continuo de agua en los hogares.
Finalmente, dentro de las políticas ambientales y de sostenibilidad contra la emergencia climática, el Ayuntamiento también fomenta el ahorro y una gestión responsable del agua en los edificios y equipamientos municipales; y utiliza aguas no potables para el riego de las zonas verdes, la limpieza del espacio público y las piscinas de las instalaciones deportivas.
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