Durante el pleno municipal del pasado 30 de septiembre, el gobierno municipal de Viladecans aprobó la congelación de los impuestos para el próximo año. En la aprobación de las nuevas ordenanzas fiscales, se han mostrado a favor los grupos presentes en el municipio: los socialistas, con 13 votos; y los comunes, con 1 voto; mientras que Podemos ha contado con 2 votos de abstención y 4 votos en contra de Ciudadanos y 5 de ERC.
Carles Ruiz, alcalde de Viladecans, ha explicado que la nueva medida tiene como objetivo “perjudicar lo menos posible a las familias”, dejando claro que el consistorio ya sufre las consecuencias de la subida de suministros, contratos y obras, y por ello reajustan el presupuesto municipal. Según lo aprobado, en 2023 el consistorio ofrecerá una mayor facilidad en las condiciones del aplazamiento de los pagos de tributos.
La tenienta de alcalde de Servicios Generales y de Empresas e Innovación, Joana Sánchez, ha recordado que en los últimos años la gran mayoría de impuestos y tasas no se han visto incrementados, “desde 2019, los incrementos que hemos aplicado han sumado el 6,29 por ciento, mientras que la inflación ha superado el 16 por ciento. Hemos realizado un notable esfuerzo de contención”.
El próximo año, se podrá solicitar una declaración responsable para aquellas deudas de hasta 6.000€ (tres veces más que actualmente); y solo se solicitarán garantías en el caso que la cantidad supere los 30.000€, mientras que hasta ahora pide a partir de los 18.000€. Otro de los puntos que tiene en cuenta la regulación de los impuestos es la transición energética, haciendo extenso a inmuebles e instalaciones de todo tipo el beneficio por instalar placas fotovoltaicas en viviendas.
La bonificación en este ámbito es de un 50% del Impuesto de Bienes e Inmuebles (IBI) hasta el 2025. La misma ventaja se aplicará a la instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos, teniendo las empresas una reducción del IAE de un 10%.
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