Por el Parc Agrari (3348 ha) se ha declamado mucha poesía rural, mucha fraseología fácil de consigna urgente. Sin embargo, su origen está en el PGM (1976) de Solans-Serratosa, vigente aún, con sus zonas 24 de reserva de suelo, de raíz franquista; después en 1998. En el 2004 y 2015 se modificó puntualmente el PGM, dando origen al Parc Agrari en su actual forma y detalle. El territorio ha sufrido servidumbres de paso y expropiaciones por las numerosas infraestructuras que lo atraviesan, estos expolios en general fueron bien compensados.
En 2012 apareció el magnate del juego judeo-americano S. Andelson con un proyecto de -ciudad del juego-, muy invasivo y poco meditado -las pruebas-, exigía el derribo o el traslado del aeropuerto y del estadio del Español; las autoridades, con el conseller Recoder (CDC) y los cuatro alcaldes del PSC de la zona, se desvivieron por complacerlo, pero sus crecientes exigencias y sus “tonteos” con Madrid, llevaron la gran inversión de 20.000 millones de euros a la nada. Hubo “manis” de ecologistas y payeses, en contra de aquel fraudulento y burlesco buñuelo de viento.
La ampliación del puerto y aeropuerto (2005) se facilitó a cambio de crear una primera zona ZEPA con las 935 ha actuales. El incumplimiento del acuerdo, ha dado pie a una denuncia de DEPANA una minúscula asociación local, federada a la internacional SEO/Bird life que ante la UE ha magnificado lo incumplido; planteando como evitación de la multa UE, una macro ampliación de zona protegida que podría alcanzar las 4000 ha, la casi la totalidad del ecosistema deltaico. Por supuesto, el crecimiento del aeropuerto, vetado y los proyectos del “hub” agrario cuestionados.
Parque temático del Delta
Ante toda esta acelerada tropelía tecno-administrativa ; la payesía afectada ha permanecido silenciosa y poco combativa, esperando dada su precaria situación, la gracia de la continuidad, cuando menos. Hoy los más conscientes, empiezan a darse cuenta que en el futuro inmediato, serán ellos, como el valioso –chorlitejo patinegro-, quienes deberán ser protegidos como especie a extinguir. También les cabe la posibilidad de montar un lugar, como en el parque Puy de Fou de Toledo, donde se representen retablos de la vida payesa del S. XIX del Delta con su malaria, inundaciones, alimañas y pobreza. Todos vestidos con pana y alpargatas y con doble función de celadores y cuidadores de la Reserva.
Quisiera dejar constancia, críticas a parte, que ha aparecido ya el primer cartel contra la ZEPA, en la frecuentada Cooperativa Agraria de Sant Boi, ante la extrañeza de muchos afectados y clientes. Su coste mínimo, 150 euros, es tal vez el primer aviso popular para la consellera Jordá, que hará una nueva visita secreta al Parc Agrari, en días próximos.
Despiste e indefensión
Hasta ahora, las siglas confusas (ZEPA, IBA, LIC) y el secretismo de las municipalidades concernidas (Sant Boi, Viladecans y Gavà) han contribuido no poco al despiste e indefensión de los más afectados. Un Parc Agrari, sin ningún problema resuelto y en plena crisis económica del sector, suma un nuevo inconveniente; nunca he oído a ningún payés, -que le guste lo difícil- y por supuesto el acabar, como sus colegas franceses, donde desde hace años, cada día se suicida un agricultor, sin que sea, una noticia especial. Los payeses han ayudado a superar una pandemia, pero puede que ellos no puedan remontar sus consecuencias en nuestro Parc Agrari.
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No(
