¿Qué es el CRAM?
Trabajamos sobre tres pilares. En primer lugar, clínica y rescate: intentamos recuperar de la forma más rápida posible a cualquier animal marino y liberarlo cuanto antes mejor. Nuestra especie de actuación principal son las tortugas marinas, pero también trabajamos con cetáceos, elasmobranquios (como los tiburones) y aves marinas. En segundo lugar, la investigación: llevamos a cabo proyectos para intentar mejorar el estado de los mares. Por último, y más importante para mí, la educación y sensibilización: hacemos talleres enfocados a escuelas y familias para que aprendan de la conservación de los mares.
¿De dónde surge su creación?
Se creó en 1994 porque hubo una epidemia en el Mediterráneo de morbillivirus, un tipo de patología que causa gran mortalidad en delfines) y empezaron a aparecer muchos delfines en las costas catalanas que llegaban casi para morir. Se dieron cuenta de que no había ninguna entidad que se hiciese cargo de estos animales, así que administración y veterinarios, viendo esta necesidad, empezaron a crear el CRAM.
¿Cuál es el animal que más recibís y quién os llama?
Las tortugas. Desde que empezamos, formamos a todos los pescadores de los puertos catalanes porque se detectó que estos animales, cuando son pescados por arrastre, pueden sufrir lo mismo que los humanos cuando buceamos: síndrome descompresivo (cuando se sube muy rápido de las profundidades, el cambio de presión puede hacer que el nitrógeno que hay en el cuerpo no salga). Cuando las pescaban con red, las volvían a lanzar al mar. Pero ahora, cuando las atrapan nos llaman y las traemos aquí. Además, son partícipes de toda la recuperación del animal: pueden ponerle nombre, venir a verlo. Intentan colaborar, al fin y al cabo son animales que no quieren pescar.
¿Qué hacéis con las tortugas cuando llegan aquí?
Cuando nos llaman, lo primero que hacemos es mirarlas externamente y valoramos el síndrome descompresivo. Si lo hay, lo tratamos. También intentamos sacar el máximo de información posible, tomar muestras, etc. Y luego las liberamos en la playa o intentamos llamar al pescador,. porque si lan volviendo al mar se les queda mucho más lo que les explicas sobre ellas, es como cerrar el ciclo con ellos. También nos llegan tortugas que se han quedado atrapadas en cualquier material del mar, plásticos o redes a la deriva, y que les hayan causado algún problema en las aletas. Nosotros pedimos a la gente que no quite este plástico o red, porque lo que hace este material es evitar que la infección que haya en la aleta pase al torrente sanguíneo, si la quitamos, la infección se puede diseminar y puede ser peor. Si es necesario, amputamos la aleta. Hemos soltado tortugas sin aletas y hemos visto que sobreviven, son animales súper resistentes.
¿Cómo afecta lo que hacemos nosotros al mar?
Demasiado. Lo que pasa es que, visualmente, en el mar no vemos lo que está pasando. Pero los que nos dedicamos a esto lo vemos diariamente: los océanos están cerca del punto de no retorno. Además de tener amenazas naturales, el mar también tiene muchas amenazas antrópicas, nuestras: el cambio climático, el exceso de plásticos o la sobrepesca hacen que los ecosistemas marinos varíen y encontremos especies llegando a un punto de extinción que es probable que no podamos recuperar.
Y al revés: ¿cómo nos afecta el mar a nosotros?
El océano es el 70% de nuestro planeta, equilibra la tierra y la atmósfera, de él depende que llueva o no, o que haya sequía. También crea casi todo el oxígeno que respiramos: unos pocos metros cuadrados de posidonia pueden crear más oxígeno que todo el Amazonas junto. Los océanos también absorben gases que son perjudiciales (como CO2 o metano) y los transforman en buenos. Como fuente de alimentación. Si no hay una pesca sostenible llegará un punto en que los ecosistemas ya no podrán sobrevivir y no podremos alimentarnos de peces.
Y esos peces que cada vez tendrán más plástico dentro, supongo…
Sin saberlo, nosotros nos estamos alimentando de microplásticos, porque la mayoría de peces del mar los tienen, no solo a nivel digestivo, sino también en el torrente sanguíneo y eso nos lo comemos y se biomagnifica: no se destruye, sino que se va acumulando. Eso lo vemos en nuestras tortugas, que son un bioindicador perfecto: el 92% excretan plásticos, macro plásticos que se ven visualmente. Así que imaginaos la cantidad de microplásticos que tendrán... Esta problemática necesita una acción radical porque de lo contrario llegaremos a un punto de no retorno.
¿Crees que esta acción radical que se necesita la podemos hacer la gente de a pie o hacen falta las instituciones?
Si la economía y las administraciones no se involucran, no llegaremos a tiempo. Pero cualquier granito de arena ayuda. Aunque visualmente no se aprecie, mucha de la afectación que sufre el mar, por ejemplo por plásticos, es algo más personal que colectivo. Si vas a la playa encontrarás una gran cantidad de basura que la gente deja. Es verdad que para reducir la contaminación tóxica por metales o microplásticos a gran escala se necesita de la involucración de la administración y las grandes empresas que, aunque lentamente, están empezando a cambiar,. Lo es está por ver si se trata de ‘greenwashing’(marketing verde destinada a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica) o la implicación es real. Como sociedad hay que hacer presión para que las cosas cambien.
Siempre se habla de la contradicción de consumir pescado y proteger el mar. ¿Es la pesca uno de los grandes causantes del deterioro del mar?
Es el gran debate. La pesca está afectando mucho al ecosistema marino: hay sobrepesca y no hay ningún tipo de regulación a la hora de intentar que estos mares tengan una pausa y se puedan recuperar. Ahora se está empezando a hacer algo: las embarcaciones tienen una cantidad máxima de peces y un determinado tipo de especies que pueden pescar. La sociedad tiende a criminalizar mucho a la pesca y a los pescadores. Pero, al fin y al cabo, ellos hacen un trabajo con el que se ganan la vida. Que exista la sobrepesca no se debe a los pescadores, se debe a nosotros, que como sociedad somos extremadamente consumistas y queremos tener todo tipo de pescado durante todo el año. Sería más sostenible la pesca por temporadas.
Y la pesca de arrastre es el summum de la insostenibilidad...
Su problema es que no es selectiva, es decir, todo lo queda en la red se pesca, y surge de la gran cantidad de demanda que hubo de golpe. Ahora lo criminalizamos mucho, pero fuimos nosotros mismos los que lo forzamos. Al fin y al cabo, a los pescadores tampoco les gusta subir la red y ver animales que no venderán. Es difícil emocionalmente y no es rentable, porque todos los animales que hay que descartar ocupan espacio.
¿Qué causa los problemas que tiene el Mediterráneo?
El mayor causante de los problemas es el ser humano. Sin duda. Los plásticos son lo más visual, pero uno de los grandes contaminantes son los residuos tóxicos con metales o con sustancias químicas de nuestro uso diario de champús o cremas. Todo llega al mar porque, aunque las depuradoras hacen un gran trabajo, es imposible eliminarlo todo. Actualmente, el mar tiene unos niveles de toxicidad alarmantes.
¿Y por qué no cala todo esto en la gente?
El problema más grande que tenemos es, justamente, que no vemos el problema en el mar,. En cambio, en el medio terrestre lo vemos todo mucho más: plásticos, tierra que no florece… Creo que idealizamos mucho el océano, lo vemos como un remanso de paz donde todo va bien. Y no es así. Debemos ser conscientes de que toda la vida del planeta proviene del mar. Nosotros también. Y dependemos del mar. Creo que la gente no es consciente: falta mucha información.
¿Tanta información falta?
Trabajamos en muchos centros para que haya una sensibilización, pero creo que ni la mitad de la población está sensibilizada de todas las problemáticas que sufren los océanos. Y creo que la sociedad que vivimos es tan inmediata (todo lo queremos aquí y ahora) que no vemos futuro ni vemos pasado y no somos muy conscientes de todas las problemáticas que tenemos. La información es lo único que nos puede cambiar. Si tú no te informas, no harás nada para cambiar y, a veces, no depende solo de que nosotros transmitamos el mensaje. Creo que la concienciación también tiene que hacerse desde los centros educativos.
¿Se puede vivir sin contaminar?
Es muy idealista intentar no contaminar. Siendo realistas, actualmente es imposible: se contamina viviendo. Intentar reducirlo está en nuestras manos, aunque no lo eliminemos. Una buena reducción puede hacer que el ecosistema salga adelante. Se ha demostrado reiteradamente que puede sobrevivir a extremos, pero se le tiene que dar la posibilidad de regularse y, si no paramos un poco, esto no se podrá arreglar.
¿Un descanso como se vivió en 2020 durante la cuarentena?
Sí, gracias a la pandemia hemos visto cómo los océanos cogían aire y podían parar y regularse. En un solo año consiguieron tanto… Si les diéramos un respiro cada año, seguro que conseguirían progresar.
¿Por qué es imprescindible el CRAM?
A mí me gusta pensar que en algún momento el CRAM no será imprescindible, ese es mi sueño. De momento, somos imprescindibles, no solo nosotros sino todos los centros que trabajan a favor de la conservación del medio marino. La problemática requiere de nuestra actuación directa.
¿Qué le pides a este año 2023?
Yo siempre pido lo mismo: que no tengamos que existir, aunque eso suponga que me quede sin trabajo. Me gusta trabajar aquí para que un día no seamos necesarios: que las especies con las que trabajamos ya no estén en peligro de extinción, que la sociedad esté concienciada de cómo está el mar y cómo lo tenemos que respetar. Y a nivel menos idealista, pediría que cada año se fuese reduciendo un poco el impacto que hay: que este año lleguen diez tortugas dañadas menos y que haya más gente que venga a visitar el CRAM, que conozca la problemática y luche para erradicarla.
¿Qué tiene de especial el Mediterráneo para que estéis aquí? |
El Mediterráneo es un mar extremadamente complejo. es un mundo aparte de lo que se estudia teóricamente del funcionamiento de los océanos. El Mediterráneo es un mar completamente cerrado, la única salida que tiene es el estrecho de Gibraltar y es muy pequeño. Lo que necesitan los océanos es un constante movimiento y regeneración, tanto de temperatura como de nutrientes, y a nuestro mar eso le cuesta mucho, lo acumula todo. Eso amplifica todas las problemáticas: como el aumento de la temperatura, porque no hay entrada de agua fría, o las epidemias de virus, que será difícil que desaparezcan porque no hay mezcla de agua. Y se han empezado a crear poblaciones muy estáticas: se reproducen entre ellos, no hay variabilidad genética y empiezan a surgir mutaciones. En cuanto al cambio climático, si seguimos con esta tendencia al aumento de temperaturas, la mayoría de las especies del Mediterráneo no sobrevivirán porque es un mar que debería ser templado y ahora es prácticamente tropical. |