El gran arquitecto japonés Arata Isozaki (1931), creador del parque de la Muntanyeta de Sant Boi (1994-2000), falleció el pasado 29 de diciembre de 2022 a los 91 años. Nacido en la ciudad de Oita en 1931, el arquitecto se formó en la Universidad de Japón, donde conoció a su gran referente, Kenzo Tange, del que fue discípulo. Poco después se asoció con Toshiaki Tange, hijo del maestro. En 1963, Isozaki inauguró su propio despacho y su carrera profesional cogió velocidad consolidándose como “uno de los primeros arquitectos japoneses que apostó por la conexión de Oriente y Occidente”.
Oita, su ciudad natal fue el lugar de estreno del arquitecto, donde construyó el Edificio de Colegio de Médicos (1959-1960), al que le siguen grandes proyectos en Japón como la Biblioteca Municipal de Kitakyushu (1962-1966); Museo de Bellas Artes de Takasaki (1971-1974); Edificio Shuhosha de Fukuoka (1974-1975); o el Kyoto concert Hall de Kioto (1991-1995).
Mientras que en la ciudad japonesa ha dejado huella con hasta siete obras arquitectónicas, Isozaki se colgó la medalla con su gran opera prima en España: el Palau Sant Jordi de Barcelona(1983-1990).
España ha sido el gran lienzo en blanco para el arquitecto japonés. En la Ciudad Condal se encuentran cuatro de las 13 obras ‘españolas’ de Isozaki, entre las que destacan el Pabellón polideportivo ‘Palauet’ en Palafolls (1987-1996), el acceso al CaixaForum (1992-2002) y el edificio Distrito 28 (2011), en Barcelona; el puente Isozaki Atea de Bilbao (1999-2009); la Ciudad del Motor de Aragón (2002-2005) y las Bodegas La Horra de Burgos (2008).
A lo largo de su trayectoria, Arata Isozaki ha sido reconocido con diferentes premios internacionales como el de la Asociación de Arquitectos de Japón o el Royal Institute of British Architects. El máximo galardón llego en 2019, cuando fue galardonado con el Premio Pritzker, uno de los máximos premios en arquitectura. En el historial laboral de Isozaki también consta que ejerció como profesor visitante de Harvard, Columbia y Yale.
Un 11 de septiembre
El actual parque de la Muntanyeta se empezó a concebir el 11 de septiembre de 1978, en un acto organizado por el Instituto Rubió i Ors en el propio espacio (aún por urbanizar) que contó con la presencia de Xavier Vila, por aquel entonces alcalde de Sant Boi. En este acto se presentaron las posibilidades que ofrecía la Muntanyeta en un proyecto redactado por el arquitecto Miquel Roa, que convertía la montaña en una de las mayores zonas verdes del entorno metropolitano. En su momento, el consistorio tuvo que proponer una modificación del Plan General Metropolitano (PGM) de 1976, que incluía la construcción de una zona residencial en lo alto de la colina.
El Parc de la Muntanyeta se encuentra ubicado junto a la montaña de Montbaig, en la calle Mare de Déu del Pilar (centro geográfico de Sant Boi) y cuenta con tres equipamientos: una biblioteca, una piscina municipal y un campo de fútbol. Fue inaugurado en 1993 y dispone de una superficie de 13,3 hectáreas repletas de espacios verdes que lo convierten en el parque central del municipio. Años atrás, el parque era el límite natural del municipio en la zona de poniente y se encontraba a las afueras de la ciudad. Pero a raíz de la expansión demográfica de los años 60, ha sido envuelto por los nuevos barrios.
Sobre el año 1861, la Muntanyeta contaba con una actividad agrícola, con el predominio de pinos y ginestas y la viña con un papel relevante. El parque ha pasado por tres fases de construcción: la primera en 1992 de la mano del arquitecto Miquel Roa; la segunda fase, (entre 1994 y el 2000) de la mano de Arata Isozaqui; y la tercera que fue desarrollada entre 2002 y 2005 por la dirección de servicios técnicos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), con los arquitectos Claudi Agulló y Martí Sans.
La zona noroeste del parque es un ejemplo del pulmón verde que significa para la ciudad, con zonas naturales, prados y arbustos y gran vegetación, mientras que la zona suroeste tiene un aspecto más ‘urbano’, con la presencia de equipamientos escolares y deportivos. En el extremo norte del parque se encuentran el mercado municipal y el aparcamiento, mientras que la zona sur arranca en la plaza de la Agricultura, en una explanada donde predominan las paredes altas y las pinedas de pino blanco.
De metabolista a posmodernista |
Arata Isozaki es internacionalmente conocido por ser el autor de grandes espacios como el Palau Sant Jordi de Barcelona; un edificio de enorme relevancia que fue inaugurado en los Juegos Olímpicos de 1992 y que posteriormente se ha consolidado como uno de los recintos más importantes para grandes conciertos y eventos. Otras de sus grandes obras son el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles (en la foto) o el edificio de las oficinas de Team Disney en Orlando (EEUU). Isozaki es el artífice de otros 30 proyectos singulares en los que refleja sus diferentes estilos: metabolismo, brutalismo y posmodernismo. |
‘El Llobregat’, custodio de la maqueta original del parque |
Por una de esas casualidades que parecen sacadas del guión de una película de intriga, la maqueta original del parque de La Muntanyeta, diseñada por Arata Isozaki en 1994, sigue en Sant Boi, aunque no conste en ningún sitio y muy pocos sepan dónde está. Es como si se tratara de un secreto muy bien guardado, que tiene su propia y entrañable historia. Porque la pieza no siempre estuvo en la ciudad.
Tras acabar las obras, la reproducción a escala de la privilegiada zona verde de la ciudad lució sus galas en el despacho que Isozaki y sus arquitectos asociados tenían en Barcelona: “Arata Isozaki & Associates Inc”. El estudio estaba dirigido por el arquitecto Toshiaki Tange, hijo de Kenzo Tange, quien había sido mentor y profesor del recientemente fallecido arquitecto nipón. Y cosas de la vida, cuando se trasladó la oficina barcelonesa de Isozaki, Oscar (hijo de Toshiaki Tange) mientras rumiaba qué hacer con la maqueta, se acordó de la abogada samboyana Xana Pérez Marced, amiga con la que había coincidido en sus tiempos de estudiante en el British School de Barcelona. Así que, en lugar de desprenderse de la voluminosa pieza de marquetería (como acostumbra a hacerse después de la mayoría de las obras) decidió regalársela a su compañera.
Pero ahí no acaban las coincidencias, porque Xana Pérez Marced es hija de Xavier Pérez Llorca, el editor de El Llobregat. Así que, como el regalo excedía de las dimensiones de la típica figurita que puede colocarse en cualquier estante o rincón del salón de casa, la maqueta acabó en una nave que El Llobregat utiliza como almacén, en el polígono industrial Fonollar de Sant Boi. Como una reliquia de este tipo no es justo que dormite de espaldas a la ciudad, su propietaria –y sus custodios- han decidido donarla al Museu de Sant Boi, donde ocupará el lugar de honor que le corresponde.
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