El año 2023 está llamado a ser el del despliegue de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en las ciudades de Castelldefels, Viladecans, Sant Boi y El Prat, el cumplimiento del decreto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) que las hace obligatorias en los municipios de más de 50.000 habitantes
En las cuatro ciudades se han puesto las pilas y, codo con codo el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), se trabaja a destajo para que la señalización de las aéreas restrictivas para los vehículos sin distintivo, el sistema de control de los vehículos y la gestión de cada una de las diferentes ZBE sea una realidad antes de que finalice el año o durante el primer trimestre del 2024 a más tardar. No les debería costar demasiado. No tienen más que seguir el ejemplo de la ZBE Rondas -que ya funciona a pleno rendimiento en L’Hospitalet, Cornellà y Esplugues- y de la ZBE de Sant Joan Despí, puesta en marcha voluntariamente.
No hay marcha atrás, ni puede haberla, si lo que se pretende es dar cumplimiento a Ley de Cambio Climático que obliga a la implantación de las ZBE en los cuatro municipios. “Ya se ha empezado a trabajar. Se está en vías de cumplimiento”, asegura Marc Iglesias, jefe del servicio de Mobilitat Sostenible del AMB. Eso significa que durante el trascurso de este año deberían estar en perfecto estado de revista.
Cada una de las cuatro ciudades está desplegando su proyecto. “Los criterios los definen los municipios, pero son comunes en toda el AMB”, indica Iglesias. Eso significa que se están fijado los parámetros para definir qué zonas serán las vetadas a los vehículos contaminantes. Castelldefels y Sant Boi ya han delimitado un perímetro básico mientras que Viladecans y El Prat están trabajando en ello. Desde El Prat han avanzado que el número de vehículos que podrían verse afectados “será inferior al 10%” del tráfico diario.
Lo que es inamovible es que las nuevas ZBE serán igual de restrictivas que la de las Rondas y Sant Joan Despí: los días laborables (de lunes a viernes) de 7.00 a 22.00 horas no podrán entrar ni salir del área los vehículos sin etiqueta. A estos, solo se les permitirá la entrada y la salida de noche (de 22.00 a 7.00 horas) y los fines de semana. La limitación “es universal, se aplicará tanto a los residentes en el interior del perímetro de las ZBE como en los que no lo sean”, matiza el jefe del servicio metropolitano. Y, en respuesta a lo que más preocupa a la ciudadanía, los vehículos con etiquetas B (amarilla) y C (verde) y evidentemente las O (azules) y las ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT) tendrán libre acceso.
También será uniforme en todas las zonas restringidas la señalización, que será idéntica a la de las ZBE Rondas y Sant Joan Despí. De hecho, el modelo metropolitano ha sido designado por la DGT como la señalética de uso obligatorio en las futuras ZBE de toda España y ya forma parte de su catálogo de señales de tráfico.
Mientras se ultima en el mapa el contorno de las ZBE, los técnicos municipales de cada ciudad están aprendiendo a gestionar el modelo común. y redactando las respectivas ordenanzas reguladoras. De la mano de la AMB, se están trasmitiendo los conocimientos y la experiencia del servicio de atención ciudadana, las autorizaciones, la gestión de expedientes, la expedición de exenciones para familias con rentas bajas o vehículos singulares y el registro de automóviles extranjeros para la ‘homologación’ de su etiqueta ambiental, entre otras funciones. También se está acelerando el despliegue tecnológico (ubicación de cámaras inteligentes que graban las matriculas en los accesos al área restringida) y el régimen sancionador.
“La idea es que todos los municipios con ZBE compartan la base de una misma ordenanza”, avanza Marc Iglesias, y que se personalice el calendario de la entrada en vigor de cada zona restringida en función de la velocidad de implantación. Pero fieles al mismo patrón. “Funcionar con un modelo único es más cómodo, practico y eficiente para la ciudadanía porque sabe que las reglas son las mismas en todas partes”, subraya el especialista en Movilidad Ambiental de la AMB. Cuando todas las ciudades hayan acabado los deberes, pondrán en marcha potentes campañas de comunicación. El Ayuntamiento de Castelldefels calcula que la suya se desarrollará “en verano, cuando se tenga toda la información y la ordenanza esté preparada”.
El siguiente paso en la reducción de la contaminación todavía está por ver hacia donde se da. “La implantación de las ZBE está siendo más lenta que en Europa porque el objetivo es que sea asumible socialmente”, reconoce Iglesias. Prueba de que se está haciendo bien es que las áreas restringidas vigentes “se han ido implantando de forma bastante positiva “, asegura el técnico metropolitano. Eso significa que los coches con etiqueta “B” pueden dejar de preocuparse, Al menos, de momento.