Sant Boi ya tiene campus docente, la pieza que le faltaba para reafirmar su vínculo con el mundo de la salud (en especial la mental)
Con una inversión de 11,5 millones de euros, por parte de la orden hospitalaria de Sant Joan de Déu, acaba de inaugurarse el nuevo campus docente de la ciudad. Se trata de un centro académico que acoge a 1.300 alumnos y que tiene el objetivo principal de potenciar la formación integral. Como explica Lorena Molina, directora del campus, “Sant Boi es la localización escogida porque permite compartir 125 años de historia y trabajo con la salud mental, para así romper el estigma de dar la espalda a quienes tienen este tipo de problemas”. Molina asegura que esta es la mejor forma de integrar a quienes padecen problemas de salud mental en la sociedad y, a la vez, “la manera ideal de que la universidad conviva con la comunidad”, para potenciar la integración social de este colectivo, añade la directora.
El campus cuenta con 5.000 metros cuadrados de espacio académico. Este se distribuye en tres plantas y once aulas divisibles (dotadas de las últimas tecnologías y conexión digital), salas de reuniones y tutoría, una biblioteca, una cantina/restaurante y una terraza. En este centro estudiarán 1.300 alumnos que pertenecen a dos ámbitos: el de los ciclos formativos (la antigua FP) y el universitario.
En la faceta de universidad predomina el Grado de Enfermería. De esta carrera universitaria se ha incrementado la oferta de plazas en Cataluña, sumando 600 nuevas vacantes en el curso actual, 60 de las nuevas plazas en el campus de Sant Boi. Este aumento de la oferta viene marcado por el gran incremento de la demanda, que ha provocado que este ámbito de estudios esté en auge, por lo que se necesitan más plazas para que el mercado universitario pueda absorber la demanda. Además, como añade Molina, “se necesita un relevo generacional en el personal de enfermería”. Estas 60 nuevas plazas, sumadas a las que ya se ofertaban, hacen que el Campus Docente Sant Joan de Déu disponga de un total de 220 plazas en el Grado de Enfermería. Además, imparte formaciones de máster y de postgrado ligadas a la Universitat de Barcelona (UB).
Los estudiantes del ámbito universitario del Campus Docente son aproximadamente 750. Por otro lado, el nuevo campus cuenta con ciclos de grado medio y superior en los que hay aproximadamente 230 estudiantes. Las clases que se imparten son tanto del ámbito de la salud como del social, y como indica la directora del campus, “se trata de una formación integral y transversal”. Es decir, que las aulas no son como las tradicionales (con un profesor delante de la pizarra y los pupitres en frente) sino que son espacios abiertos que permiten reproducir la realidad a través de la simulación. Toda la formación es muy práctica y se enseña a los alumnos a pinchar, sondar, etc. con materiales como muñecos y hasta con actores reales.
Para esto, se utiliza el Centro de Simulación, Aprendizaje, Virtualidad e Innovación (SAVI), que ya estaba instalado en el edificio San Agustín del Parque Sanitario. Estas instalaciones, dotadas con tecnología de alta fidelidad, disponen de 600 metros cuadrados repartidos en diferentes espacios que pueden simular escenarios muy diversos (salas de atención primaria, domicilios, habitación/espacios de atención especializada, quirúrgica, geriátrica, centros sociales...).
En estas “aulas abiertas”, los alumnos pueden realizar actividades dirigidas al entrenamiento de habilidades para el cuidado de los pacientes “Se trata de dar la mayor seguridad posible tanto al paciente como al estudiante. Se reproducen escenarios reales como casas, UCIs o CAPs para crear un puente entre la teoría y la práctica llevada a la máxima realidad”, señala Lorena Molina.
Pero como subraya su directora, la simulación no es la única metodología de aprendizaje del campus. Se utiliza también la realidad virtual y la educación es holística, lo que significa que los temas no se delimitan al pespectro de una asignatura -como en cualquier otra formación-, sino que a raíz del caso de un paciente se tratan diversos temas de varias asignaturas donde acaban participando diferentes actores del ámbito de la salud y de lo social; desde enfermeras, a psicólogos y farmacéuticos. Por lo tanto, el estudio cobra una dimensión real y se crean clases inmersivas donde el objetivo es compartir espacios, reflexionar, potenciar la creatividad y aprender a tomar decisiones rápidas bajo presión manteniendo una mirada social.
“Hemos generado espacios que invitan a reaprender, co-crear, investigar, compartir, liderar... Queremos que los alumnos sean conscientes de la importancia de mirar la salud en positivo, desde valores como la hospitalidad, la gratitud, la resistencia y la empatía, sin distinciones ni exclusiones”, enumera Molina.
El espacio docente de Sant Boi también está abierto a profesionales del ámbito de la salud que quieran recibir formación continua. Trasladar la enseñanza de las aulas al campus docente permite “naturalizar y normalizar el aprendizaje y el estudio de la profesión desde el inicio, sin separar ambos aspectos”, indica Lorena Molina. Por ejemplo, las enfermeras hacen un tercio de su formación en prácticas, lo que en totalsupone 2.300 horas en instituciones sanitarias, y esto les permite poder aplicar sus conocimientos a medida que van ganando habilidad, y de esta manera retroalimentarse. Con este nuevo espacio en el Pars Sanitari de Sant Boi, la Orden Hospitalaria de Sant Joan de Déu quiere “acercar a los profesionales la vocación de servicio y demostrar que la universidad puede convivir con usuarios en riesgo de exclusión social a causa de su estigma”, según la propia orden.
Corazón y cerebro |
Los valores del nuevo centro de Sant Boi se hacen ya patentes a la entrada del edificio mediante una escultura que simula el cuerpo humano y en la que destacan el corazón y el cerebro. O lo que es lo mismo: la vocación y el conocimiento. Para Lorena Molina, “se trata de poner el foco en las emociones, en el amor, los sentimientos y la persona en un momento difícil donde hay una gran cantidad de suicidios y trastornos especialmente en el colectivo juvenil” y de está manera contribuir “a una formación profesional más humana, ética y completa en sus funciones como servicio de salud”, añade la doctora. |