La verdadera década prodigiosa de L’Hospitalet es la que va a empezar a vivirse a partir de ahora. El Ministerio de Transportes. Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ya tiene acabado y sobre la mesa el proyecto básico de integración ferroviaria de la ciudad, que va a traer consigo el soterramiento de 5,1 kilómetros de las líneas R2 y R4 de Rodalies, la construcción de un potente intercambiador metropolitano en La Torrassa y la habilitación de una ‘rótula’ una conexión articulada de las vías que revolucionará la conectividad en tren de todo el entorno de Barcelona, entre otras mejoras.
El soterramiento de las vías en L’Hospitalet es sin ningún género de dudas “la principal obra ferroviaria en proyecto en España”, reconoce Xavier Flores, secretario general de Infraestructuras del Mitma, “va a suponer un despliegue técnico nunca visto”, asegura. Flores sostiene que “no hay obras así de ambiciosas” en el resto del Estado, con la salvedad de la construcción de la estación de La Sagrera, en Barcelona, y la reforma y ampliación de la de Chamartín, en Madrid.
El siguiente paso del proyecto ya se ha dado con el reciente inicio de la redacción del estudio informativo, preceptivo antes de someter el proyecto a exposición pública, posiblemente “a lo largo de este año”, defiende el secretario general de Infraestructuras. El proyecto básico ha determinado que el proyecto es viable, lo que va a permitir que se empiece también a trabajar en el proyecto constructivo, para agilizar la actuación.
Un lustro en obras
Aunque se avance a velocidad de crucero, las obras durarán un mínimo de entre tres y cinco años y no estarán acabadas completamente, al menos, “hasta dentro de unos 10 años”, admite Flores, porque una vez soterradas las vías, deberá procederse a la urbanización del suelo ‘liberado’. “No podemos hablar de tiempos ni de fases, porque no se sabrá hasta que esté ultimado el proyecto constructivo, lo que está claro que será una obra larga, porque no es sencilla”, indica la alcaldesa Núria Marín.
Y transcurridos estos diez años, el cambio que va a dar la segunda ciudad de Cataluña “va a ser radical”, corrobora la alcaldesa Marín. No en vano se calcula que el proyecto requerirá una inversión superior a los mil millones de euros.
Tuneladora inviable
El soterramiento de las vías no se ejecutará con una tuneladora (como la línea L9 del metro, por ejemplo) porque “no es viable”, según Flores. En su lugar se hará mediante pantallas (es decir a cielo abierto, como los parkings subterráneos) en la mayor parte del trazado, excepto en un tramo en el que se excavará un túnel en mina para sortear la línea de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) en el Gornal.
120.000 hectáreas verdes
La actuación es vital para L’Hospitalet porque actualmente “pasan muchos trenes pero pasan pocos”, reconoce Marín, algo que cambiará radicalmente cuando esté concluido el proyecto. Además, uno de los aspectos más importantes del proyecto, sobre todo a nivel local, es que permitirá ganar “120.000 hectáreas de zona verde”, confirma la alcaldesa, en pleno corazón de la ciudad.
La envergadura de la operación será tal que la alcaldesa ha anunciado que durante la próxima legislatura municipal va a convocar “un concurso de ideas” para definir el espacio y que se enfocará a que sea “amable y al máximo de verde”, subraya la primera edil.
Vias casi ‘invisibles’
La operación urbanística prevé que desaparezcan las vías de la actual R-2 de Rodalies (popularmente la línea de Vilanova) desde la Carretera Antigua de El Prat (en el límite entre Bellvitge y la Zona Franca) y el actual ‘cajón’ sobre las vías de Sants (Barcelona), del que la cobertura de L’Hospitalet será su prolongación natural. La R-4 (línea de Vilafranca) se empezará a soterrar en el entorno de la calle del Radi (parque del Pont de) hasta el cajón de Sants. Lo que significa que las vías solo serán visibles en el minúsculo tramo comprendido entre los Blocs Florida y la estación de Renfe de L’Hospitalet.
Uno de los pilares sobre los que se fundamenta el proyecto es la construcción de un intercambiador metropolitano “de primer nivel”, concreta Xavier Flores, que se construirá en La Torrassa, concretamente bajo la calle del Pintor Sorolla. La estación, pensada para que sea utilizada diariamente por 45.000 personas, conectará las líneas L1, L9 y L10 del metro con las líneas R-2 y R-4 de Rodalies.
Directos a cocheras
Otra ventaja del proyecto es que los trenes de la línea L-4 (procedentes de Barcelona) que finalizan su recorrido en la estación de L’Hospitalet podrán acceder de forma directa a las cocheras, lo que pondrá fin al actual cruce de vías que provoca largas esperas en el interior de los trenes antes de la llegada a los andenes.
También se construirá una infraestructura técnica denominada rótula que flexibilizará las conexiones de las líneas de Rodalies permitiendo que los trenes que atraviesen el túnel de plaza Catalunya o el del Paseo de Gracia puedan ir indistintamente en dirección a la costa o a la montaña, algo que ahora es imposible.
Muchas oportunidades
Como conclusión, una reflexión del secretario general de Infraestructuras: “lo más importante de la integración ferroviaria de L’Hospitalet es que va a generar muchas oportunidades”, tanto de movilidad, como económicas, urbanísticas y de ciudad.