El panorama político y el reparto de concejalías en Sant Feliu de Llobregat será tan poliédrico y complejo como el dibujado tras las municipales de 2019 y casi idéntico, lo que invita a pensar en la reedición del actual pacto de gobierno. El PSC vuelve a ganar, pero su victoria puede ser tan pírrica como lo fue hace cuatro años, cuando la alianza de los partidos que habían quedado en segundo lugar -Sant Feliu En Comú Podem (SFECP)- y en tercero –ERC- le arrebató la alcaldía. Aunque se atisban algunas posibles variaciones ligadas a la abstención y a la capacidad de movilización de cada una de las tres formaciones, que podrían modificar ligeramente las posiciones en el podio final porque las tres están en un pañuelo.
El PSC, con su alcaldable Lourdes Borrell (que repite), volvería a imponerse, siguiendo un guion calcado al de hace cuatro años: seis concejales y el 23,08% de los votos (en 2019 captó un casi idéntico porcentaje del 23,7%). Para ser alcaldesa Borrell necesitaría ineludiblemente que comunes y republicanos no reeditaran el pacto de gobierno.
En el segundo cajón de Sant Feliu se posicionan otra vez las siglas de SFECP, con cinco ediles y unos guarismos algo mejores, por centésimas, que los de 2019: un 22,08% del escrutinio frente al 21,53% de hace cuatro años. Pero esta nimia diferencia podría dar mucho de sí, porque la intención de voto apunta a que solo con que mejore un ápice el resultado de esta formación (del orden de unos 200 ó 300 votantes) podría hacerse con uno de los concejales atribuidos al PSC y aumentar su cuenta personal hasta los seis, lo que podría dar alas a la candidata de la formación, Lidia Muñoz, quien ha sido la alcaldesa de la ciudad durante los tres primeros años de esta legislatura, cediendo la vara de mando a ERC en junio del año pasado.
Alcalde dispuesto
El tercero en discordia –ERC– se queda un poco atrás en la lucha por el primer puesto en las urnas del 28M. Los republicanos repiten representación en el consistorio con cinco concejales, pero pierden dos puntos porcentuales en el escrutinio respecto a 2019: un 19,38% ahora frente al 21,33%. Pero el botín sería suficiente para que la formación que encabeza el actual alcalde de Sant Feliu, Oriol Bossa, se planteara renovar la alianza con los comunes, tal y como se mostró dispuesto a hacer el propio Bossa en una entrevista concedida a El Llobregat el pasado verano, nada más ser investido como primer edil.
La cuarta formación en número de votantes, también va prácticamente a clavar los resultados de 2019. Tots Som Sant Feliu (marca blanca de Junts) conseguirá dos concejales gracias a acaparar el 8.69% de las papeletas (hace cuatro años cosechó el 8,33%).
CS se hunde, entran PP y VOX
Pero a partir de aquí vienen los cambios, debidos al hundimiento de Ciutadans (CS), que pierde los dos concejales ganados en 2019 tras aglutinar el 10,12% y se queda fuera del Ayuntamiento al recibir solo el 4,20% de las papeletas, y al ascenso de la derecha. Tras el 28M, VOX entrará en el consistorio con dos concejales (8,69%), pisándole los talones a la versión local de Junts. También lo hará el PP que recuperará el edil conseguido en 2015 y perdido en las municipales de 2019, avalado por el 6.19% de los votantes.
Menos suerte tendrá la formación independiente liderada por Silvestre Gilaberte (Veins per Sant Feliu) que perderá su único sillón en el salón de pleno al obtener el 4,66% de los votos, insuficientes para repetir presencia municipal. Hace cuatro años logró un 5,73% lo que le abrió las puertas del consistorio por segunda legislatura consecutiva.
PARTIDO |
CONCEJALES |
PSC |
6 |
COMUNS |
5 |
ERC |
5 |
JUNTS |
2 |
VOX |
2 |
PP |
1 |
El trabajo de campo que ha servido de base para el presente análisis, se realizó entre los días 3 al 10 de marzo. El estudio se ha elaborado partiendo de una participación estimada del 63%, superior a la de 2019 en 5,52%.
Informe elaborado para EL LLOBREGAT, por Taforasía SL (B66139213)