El antiguo convento de las Hermanas Paüles en Olesa ha sido reformado para convertirse en un alojamiento social temporal para familias en situaciones precarias. Aunque las obras han finalizado, aún falta equipar el edificio y finalizar el protocolo de uso. El espacio ofrecerá alojamiento temporal de emergencia a familias en riesgo hasta que encuentren una vivienda permanente. Se espera que esté operativo después del otoño. El convento fue cedido por las hermanas al Ayuntamiento para seguir brindando servicio a la comunidad.
El proyecto de reforma del antiguo convento de las Hermanas Paüles, ubicado en la calle de Santa Oliva, 34, y destinado a ser utilizado como alojamiento social temporal para familias de Olesa, está llegando a su etapa final. Aunque las obras ya han sido concluidas, todavía es necesario completar el equipamiento y finalizar el protocolo de uso antes de que pueda entrar en funcionamiento.
Cumpliendo con la voluntad de la congregación al ceder el inmueble, el regidor de Bienestar Social, Jordi Martínez, ha recordado que el Ayuntamiento lleva a cabo este proyecto.
"Un uso de primera acogida será dado al edificio para aquellos individuos que, debido a diversas circunstancias, se vean obligados a abandonar su residencia habitual. Esto puede ser resultado de un incendio, un desahucio u otras situaciones de emergencia social. El objetivo no es proporcionar una vivienda permanente para las personas afectadas, sino ofrecer un alojamiento temporal de emergencia mientras encuentran una solución a su situación. Según Jordi Martínez, este espacio no es una vivienda en sí misma, sino más bien un albergue destinado a brindar una primera acogida puntual a las familias de Olesa que se encuentran en riesgo o atraviesan una situación precaria hasta que puedan encontrar una vivienda".
Una propiedad muy grande es el convento de las hermanas Paüles, en el cual no se han realizado obras en todo el edificio. Los trabajos se han enfocado en la parte que mujer en la calle de Santa Oliva, específicamente en los cuatro casales que ocupan ese espacio. Recientemente, los miembros del consistorio olesano tuvieron la oportunidad de visitar las obras ya terminadas, donde solo falta colocar el mobiliario.
Aprovechando la estructura del antiguo convento, las obras de reforma han incorporado zonas comunes como el comedor, la cocina y la lavandería, así como espacios privados en las plantas primera y segunda, donde se encuentran las habitaciones. La capacidad máxima de alojamiento es de 25 personas, con opciones de habitaciones para 2, 3, 4 y 5 personas.
El protocolo de uso que está redactando el Departamento de Bienestar Social definirá la gestión de la equipación, la cual todavía se tiene que concretar. Se espera que el protocolo esté terminado y aprobado a principios del otoño, para que el espacio pueda estar operativo justo después.
En 1929, la familia Puigjaner cedió una casa a las Hermanas de la Caridad de San Vicenç de Paül en Olesa. Esta casa estaba destinada a Empar, una monja de esta orden. Durante los 90 años que estuvieron en el municipio, las hermanas se dedicaron a tareas sociales como brindar atención domiciliaria a enfermos, cuidar niños y niñas en la guardería, proporcionar ayuda con comida, ropa y material a los más necesitados, y atender a las personas mayores. Al marcharse, las hermanas decidieron ceder la propiedad al Ayuntamiento con el objetivo de que el edificio continuara brindando servicio a los vecinos y vecinas del municipio.
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