Manuel Pérez Maraver (Cornellà de Llobregat) es jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Bellvitge (Hospitalet de Llobregat) y profesor asociado de Medicina de la Universidad de Barcelona. Tras una brillante carrera, Pérez Maraver desempeña actualmente el cargo de presidente electo de la Sociedad Catalana de Endocrinología y Nutrición.
Ante una sociedad con creciente impacto de los problemas endocrinos, el doctor Pérez nos adentra en una especialidad médica en auge, tan interesante como compleja, que es clave dentro del elenco de las actuaciones médicas.
¿Qué tiene de particular la especialidad de Endocrinología y Nutrición? ¿Qué estudia?
Es una especialidad muy amplia porque abarca todo nuestro sistema hormonal y metabolismo, el crecimiento, el metabolismo de los diferentes componentes primarios de la dieta,… y la nutrición también. Abarca tanto la nutrición en personas sanas como la obesidad y la desnutrición en sus diferentes variantes. Es una especialidad muy amplia que cubre la población pediátrica y adulta.
¿Cuál es el gran problema en la sociedad actual respecto a la endocrinología?
Problemas existen muchos, pero si tuviese que nombrar uno en el mundo occidental sería la gran incidencia y prevalencia de la obesidad, que está creciendo tanto en población infantil como en población adulta; es un reto de salud muy importante para este siglo XXI en los países desarrollados. La obesidad se asocia a factores de riesgo cardiovascular muy importantes como la diabetes tipo 2 o la hipertensión arterial y supone una importante reducción tanto de calidad como de expectativa de vida de los pacientes que la sufren.
¿Se puede prevenir?
La obesidad tiene un importante componente genético contra el que de momento no podemos hacer nada, pero hay un componente ambiental que depende de los hábitos de vida y ahí estánuestra capacidad de prevención: una dieta saludable, ejercicio, tener un estilo de vida activo,… todo eso son aspectos que previenen la aparición de sobrepeso y obesidad y es muy importante que estos hábitos de vida se instauren ya desde la infancia en las familias.
¿Se hace lo suficiente por prevenir los posibles problemas endocrinos?
El aspecto preventivo siempre es el más interesante en cualquier especialidad médica porque supone adelantarse a que el paciente sufra la patología. La endocrinología, como decía, es muy amplia y hay aspectos preventivos muy bien estandarizados, como el diagnóstico de la diabetes gestacional o del hipotiroidismo en el neonato o los trastornos metabólicos en el recién nacido. Hay aspectos en los que realmente se tiene una actividad preventiva muy importante, pero es muy difícil generalizar a toda la especialidad.
¿Por qué, siendo España uno de los países con más horas de sol al año, la mayoría de la población tiene déficit de vitamina D?
El tema de la prevención y el diagnóstico del déficit de vitamina D está muy en discusión en la actualidad y seguramente hay menos gente de la que pensamos que tiene déficit, porque los niveles analíticos no siempre son absolutamente fiables, cambian de forma estacional. Empieza a discutirse bastante si el déficit de vitamina D se tiene que hacer simplemente con una analítica de determinación del calcidiol, que es como se hace habitualmente. De hecho, se tiende a no recomendar esa determinación en analíticas de sangre a no ser que el paciente tenga un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de déficit de vitamina D, como problemas digestivos importantes, pero en la población sana no se aconseja porque su utilidad es muy controvertida.
Ahora que está más generalizado hacerse analíticas que hace años, ¿ha cambiado la incidencia de la hipercolesterolemia?
Al hacer más analíticas se detecta más, por lo que la incidencia aumenta, lo que pasa es que al tener una detección mayor, nos permite actuar sobre la patología. Es decir, no es que haya más gente con hipercolesterolemia que antes sino que si se hacen más analíticas a la población se detectan más, que de otra manera no se detectarían. Lo que nos permite eso es poder actuar de forma preventiva y poder tratar a los pacientes de forma más adecuada.
¿Hay alguna relación entre exceso de ácido úrico (hiperuricemia) y el exceso de colesterol (hipercolesterolemia)?
No parece claro que haya una relación causal entre uno y otro, pero los pacientes que padecen tanto hipercolesterolemia como hiperuricemia frecuentemente tienen una base común de sobrepeso, obesidad o síndrome metabólico, lo cual hace que estos trastornos ocurran unidos de forma frecuente, pero no parece claro que haya una relación de causa-efecto entre ellos.
¿Y entre la diabetes tipo 2 y el sobrepeso?
La relación entre la diabetes tipo 2 y el sobrepeso es muy importante dado que el peso corporal (el sobrepeso y la obesidad) es un determinante fundamental de la resistencia a la insulina, que es uno de los pilares de la fisiopatología de la diabetes tipo 2. Es realmente muy poco frecuente ver esta patología en personas con normopeso o delgados, en cambio la prevalencia aumenta exponencialmente con la presencia de sobrepeso y, sobre todo, de obesidad.
Se suele decir que el metabolismo de la mujer cambia durante la menopausia, ¿es esto realmente cierto?
Mucho menos de lo que en la calle se dice. La menopausia es un proceso fisiológico natural en el que sí que se produce una disminución de las hormonas sexuales, como los estrógenos y la progesterona, pero el impacto que tiene en el metabolismo de la mujer sana es escaso. Es decir, los cambios en el metabolismo en la mujer sana se deben al envejecimiento, como pasa en el varón, pero la menopausia per se no supone un cambio muy relevante a nivel metabólico.
¿Cómo cambian las hormonas en su cuerpo?
Disminuyen los niveles, hasta hacerse prácticamente indetectables, de estrógenos y progesterona y eso tiene impacto en los caracteres secundarios femeninos y, evidentemente, en la ausencia de menstruación, que es lo que hace que la mujer se defina como menopáusica; este es el eje hormonal más afectado. Contrariamente a lo que se comenta muchas veces, no afecta a la función de ninguna otra glándula endocrina de forma relevante: no afecta al tiroides, a la suprarrenal, no afecta de forma importante a la hipófisis, ni a ningún otro aspecto metabólico, salvo quizás a la protección ósea, los estrógenos están muy relacionados con la densidad mineral ósea, por eso las mujeres menopáusicas tienen un riesgo especialmente elevado de desarrollar pérdida de masa ósea y, por tanto, osteoporosis, que por otra parte se asocia en la mayoría de casos a la propia edad y al envejecimiento.
¿Hay desconocimiento respecto a ese proceso vital? ¿Sigue siendo tabú?
Desconocimiento hay porque, muchas veces por ignorancia, se atribuyen a la menopausia aspectos que no están realmente relacionados con ella. Tabú pienso que hoy en día cada vez menos: hoy en día una mujer menopáusica lo sabe y lo dice y la tiene con naturalidad porque todo el mundo asume que es un proceso fisiológico natural del paso de los años en el sexo femenino, no tiene mayor trascendencia.
También eres profesor de universidad en la Facultad de Medicina de Bellvitge, ¿cómo es el perfil del estudiante de medicina? ¿Ha cambiado con el paso del tiempo?
Los estudiantes de medicina siempre han sido muy vocacionales y siempre han sido muy buenos estudiantes, y en la actualidad siguen siéndolo también, siguen siendo estudiantes de alta capacidad, que trabajan mucho y que además tienen muchas horas de estudio por delante. Quizás los dos aspectos más llamativos de los últimos años son la competitividad, que a mi juicio es excesiva, por entrar en las facultades, con la necesidad de una nota de corte en la selectividad muy elevada; y también todo lo relacionado, como en el resto de la generación actual, con las nuevas tecnologías y las redes sociales.
¿Crees que hacen falta otro tipo de pruebas para entrar a la carrera?
Al futuro estudiante de medicina se le evalúa únicamente por las notas de selectividad y es verdad que el desarrollo de la profesión médica precisa de unas dotes humanísticas y de trato con la gente que no siempre son bien evaluadas. Los alumnos que entran en las facultades de magisterio tienen unas pruebas, las PAP, que son las pruebas de aptitud psicopedagógica en las que se intenta valorar esos aspectos no exactamente curriculares a la hora de acceder a la carrera. Es posible que en medicina fuese conveniente alguna idea de este tipo pero no he llegado a madurar el cómo, pero creo que sí, la parte humanística, de habilidad social o la empatía por los pacientes se debería valorar y potenciar más durante el propio estudio de la carrera.
¿La parte humanística (el trato con la gente) del médico se puede aprender?
La parte humanística se trabaja poco en las facultades, aunque es cierto que cada vez hay un componente más práctico, de contacto directo con los pacientes, tanto en consultas externas como en la asistencia hospitalaria y ahí el estudiante tiene más oportunidades de desarrollar esa parte humanística, pero realmente es un aspecto poco reglado y que no consta mucho en el currículum.
¿Recomendarías a tus estudiantes tu especialidad?
El deseo que los estudiantes tienen de cursar una determinada especialidad es un aspecto cíclico que cambia con los años, va también a modas,… Yo recomendaría siempre el aprendizaje de la endocrinología-nutrición porque es mi especialidad y porque estoy contento. En los últimos años es verdad que ha ido creciendo en interés por esta especialidad, en el último MIR a nivel español fue la 3ª especialidad médica más solicitada, después de dermatología y cardiología. La endocrinología es una especialidad muy sistémica, que tiene un importante parecido con la medicina interna en ese sentido, es una especialidad que abarca muchos aspectos de la salud y la enfermedad. Por lo tanto sí, creo que es una especialidad muy completa y muy recomendable.
¿Qué avances se han llevado a cabo en Bellvitge en tu campo?
Es muy difícil resumir esto en pocas palabras porque en la medicina hoy en día todas las especialidades avanzan de una forma muy importante con el concurso de los avances tecnológicos. Un cambio muy importante de los últimos 2-3 años es que a día de hoy todos los pacientes con diabetes tipo 1 de mi hospital ya llevan un sensor de glucosa, que les ha cambiado la calidad de vida de una forma tremenda; ahora están pendientes de instaurarlo también en los pacientes con diabetes tipo 2. También ha cambiado muchísimo el enfoque de los pacientes con obesidad mórbida gracias al impacto de la cirugía bariátrica y de los nuevos fármacos que están por llegar. Los avances de diagnóstico molecular y de técnica genética también han avanzado mucho. Por tanto, es difícil concretar en un aspecto, pero podríamos destacar el desarrollo de los sensores de glucosa por el gran impacto que ha tenido en los pacientes. III
¿Cuál es el gran desafío de la endocrinología para el futuro?
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Los retos de la especialidad son muy amplios pero si tuviera que decir un reto global a nivel mundial de la endocrinología sería ver si somos capaces de resolver los desequilibrios alimentarios en la población. Tenemos una parte del mundo que tiene una gran cantidad de patologías relacionadas con el exceso de nutrición mientras otra gran parte del mundo padece desnutrición y enfermedades relacionadas con la falta de nutrientes; el reequilibrio de esos aspectos sería un reto muy bonito de conseguir. |