La aparición de la tecnología de la información ha supuesto un importante avance para el desarrollo de nuestra sociedad, facilitando el acceso a la información y la comunicación.
Sin embargo, herramientas tan útiles como el teléfono móvil o las redes sociales pueden convertirse en un problema cuando su uso pasa a ser excesivo. Actualmente, el 77% de los usuarios con teléfono móvil inteligente -smartphone- padece nomofobia (miedo irracional a no estar con su teléfono móvil totalmente disponible).
España es el país con más adicción adolescente a Internet de toda Europa: un 21,3% de los adolescentes españoles son adictos a la red, frente al 12,7% de media europea. Se ha convertido en algo habitual ver a gente paseando por la calle sin levantar la cabeza de la pantalla de su teléfono o ver enturbiadas las comidas con decenas de sonidos de alerta o una ausencia de comunicación intrafamiliar. Las relaciones interpersonales han pasado a un segundo plano desplazadas por las pantallas. Expresión de sentimientos, resolución de conflictos o declaraciones a través de un cristal que luego no llegan a ser reproducidas cara a cara.
Otra consecuencia nefasta es el consumo pornográfico a través de internet. El acceso a estas páginas a tempranas edades puede ocasionar consecuencias irreversibles en la percepción de la sexualidad, cosificando el sexo en función del placer egoísta. En España, durante el año 2020 el 50% de los niños de 11 a 13 años, el 65% de adolescentes de 14 a 15 años y el 78% de adolescentes de 16 a 17 años se habían expuesto a contenidos pornográficos.
“Muchas veces las familias no son conscientes de que darle a un niño o a una niña un móvil con conexión a Internet sin explicar, educar o poner límites es como darles un coche sin haberse sacado el carnet” (O.N.G. Save the children)
Una buena educación familiar se basa también en saber negar a los niños los caprichos que la sociedad de consumo les ofrece. Los móviles en cuanto son considerados imprescindibles, deberían despertar una señal de alarma entre aquellos que tienen la responsabilidad de formar y educar. Muchos jóvenes encuentran en los móviles un espacio de evasión y de refugio, realidades que deberían saber compartir con su entorno más cercano. III
“Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas” (Albert Einstein)