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Casi se nos pasa el arroz, pero mereció la pena

Casi se nos pasa el arroz, pero mereció la pena

domingo 14 de enero de 2024, 08:58h
Cuando alguien piensa en un lugar siempre le viene a la cabeza un binomio de enclave geográfico y plato gastronómico: de Valls, la calçotada; de Asturias, la fabada; del Aplec de Lleida, els cargols a la llauna; del Bierzo, el botillo; de Canarias, las patatas arrugás con mojo picón…Pero cuando se intenta articular un paralelismo similar entre el Baix Llobregat y su excelsa gastronomía, la mente se queda en blanco, lo que no deja de ser curioso porque si de algo puede presumir la comarca es de la potencia y la calidad de su hostelería y de su restauración. El sector turístico es uno de sus grandes motores económicos de la comarca pues concentra al 16% de las empresas del territorio y da trabajo al 13%. Más de un millón de visitantes y dos millones de pernoctaciones anuales lo atestiguan.

A la par, Castelldefels lleva décadas como indiscutible capital turística del Baix Llobregat haciendo gala de un elenco de restaurantes de calidad, que también se han convertido en su seña de identidad. Durante el verano, los hoteles tienen que colgar el cartel de ‘completo’ (97% de ocupación en julio del año pasado, con 51.154 visitantes, el 70,89% extranjeros) y en los restaurantes cuesta reservar mesa. Pero la ciudad tampoco tiene un plato típico que lo represente y que lo proyecte internacionalmente. O mejor dicho, no lo tenía hasta hace dos meses.

Sí. Por fortuna, la cosas han cambiado. Hace un año el Gremi d’Hostaleria de Castelldefels se metió en harina y resolvió que había que amasar una receta que representara a la ciudad y la elevara a los altares gastronómicos. Y así, rebuscando en la historia local y en el propio territorio, cayó en la cuenta de que los hosteleros de la ciudad llevaban más de un siglo cocinando arroz, el gran protagonista de los recetarios y menús locales. Es más, los restaurantes de la localidad sirven cada año “toneladas de arroz”, como han reconocido a esta publicación sus más reconocidos ‘chefs’.

Tres de nueve

Con los arroces como punto de partida, nueve de los cocineros más emblemáticos de Castelldefels -Manuel A. Ortiz (Restaurante Andalucía), Sergio Cócera (Embarcadero), José Luis Pol (CBC), Vicente Lladró (El Avión), Miguel Yepes (The New Canasta), Ángel y Pedro Moya (Cheche), Octavi Torres (Tibu-Ron Beach Club) y César Rodríguez (Solraig)- han consensuado y definido la receta del plato que va a marcar un antes y un después en la gastronomía de la ciudad y de todo el Baix Llobregat: l’Arròs de Castelldefels, una propuesta a mayor gloria del tradicional ‘mar i muntanya’ catalán con su particular sello: arroz con sepia, gamba, costilla de cerdo, verdura de temporada del Parc Agrari del Baix Llobregat y tomillo. El plato “redescubre y reconecta con una herencia (gastronómica) que pone en valor la calidad, el producto y el alto nivel que se ofrece al comensal”, en palabras de Manuel Angel Ortiz Chumillas, presidente del Gremi d’Hostaleria.

El Llobregat ha tenido el privilegio de que tres de los creadores del nuevo plato típico (Miguel Yepes, Sergio Cócera y Pedro Moya), abanderados cada uno de ellos de una generación diferente, le hayan cocinado expresamente un espectacular Arròs de Castelldefels y puede certificar que la receta, además de original, es sabrosa y suculenta y destila el carácter de la capital turística del Baix y del resto de la comarca. Justo lo que cabría exigirle.
Tanto la iniciativa como el resultado de la degustación de l’Arròs de Castelldefels merecen un sonoro aplauso y el consiguiente reconocimiento al trabajo bien hecho. Este arroz tiene todos los ingredientes necesarios para triunfar y hacerse un hueco en el competitivo mundo de la cocina del siglo XXI.

En desventaja con la competencia

Pero si algo se le puede reprochar al sector turístico y a los restaurantes en particular es no haber pensado antes en colar en sus cartas una propuesta de la calidad y la inteligencia de este reinventado ‘mar i muntanya’ porque la competencia les lleva años de ventaja. No olvidemos que, hace más de tres lustros, el fallecido cantante de boleros Moncho ya se arrancó con una versión del ‘Sabor a mi’ (Gust de xató) en el restaurante el Peixerot de Barcelona para promocionar el tradicional plato de Vilanova i la Geltrú, que desde 1997 tiene su propia fiesta y su propia ruta por distintos municipios del Garraf y el Penedès.

Pero, como más vale tarde que nunca, por suerte, a la comarca y a Castelldefels todavía no se les ha pasado el arroz y tienen el viento a favor para consolidar una insignia culinaria de gran nivel, de precio ajustado y de cata obligada. ¡Buen provecho a quienes lo prueben y Feliz 2024 a todos! III

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