Alumnos y docentes de centros educativos de L'Hospitalet se sumergen desde hace cuatro años en el exitoso programa 'Petits Talents Científics'. El profesorado recibe formación para aprender a transmitir a los más pequeños la pasión por la investigación científica
Desde hace cuatro años, las escuelas de L’Hospitalet se convierten temporalmente en pequeños laboratorios de experimentación científica pura muy aplaudidos por los más pequeños. Se trata del programa Petits Talents Científics. Pero para que los estudiantes puedan sumergirse en el siempre sorprendente mundo de la ciencia hay un paso intermedio: los profesores tienen que formarse primero y experimentar en su propia piel lo que van a transmitir a los alumnos. Es como una reacción en cadena. Y es que el conocimiento, al igual que la energía, nunca se destruye, solo se transforma (y se transmite).
Petits Talents Científics es una iniciativa de la concejalía de Serveis a les Persones de L’Hospitalet dirigida por la Fundación Catalana para la Investigación y la Innovación (FCRI), con la colaboración de los Serveis Educatius de L’Hospitalet, a través del Centre de Recursos Pedagògics (CRP). El programa formativo va dirigido, a priori, a maestros de Educación Primaria de centros locales, que participan en un curso en el que adquieren los recursos didácticos imprescindibles para despertar el pequeño investigador científico que llevan dentro. Tanto ellos como sus alumnos.
El sonido y el calor
En esta cuarta edición del ciclo, la temática versa sobre “El sonido y el calor”. El curso tiene como alumnado de excepción a 21 profesores de las escuelas La Marina, Ernest Lluch, Menéndez Pidal y Provençana y de los institutos Escola Pere Lliscart y Puig i Gairalt, todos de L’Hospitalet, que durante un total de 20 horas (distribuidas en siete sesiones) afianzan sus conocimientos de didáctica científica mientras descubren nuevas formas de vivir la ciencia en sus aulas. Por si el adquirir conocimientos de por si no fuera un incentivo, la formación está reconocida por la Conselleria d’Educació de la Generalitat de Catalunya y ayuda a los docentes en su trayectoria profesional, pues les otorga puntos en las oposiciones y preferencia en las listas para cubrir puestos vacantes en los centros educativos.
El curso propone a los docentes diferentes métodos para realizar experimentos en el aula a partir de la temática central elegida. Una vez terminado el periodo de formación, los docentes deben elaborar una propuesta de integración dirigida a los escolares, que acabarán de perfilar con la ayuda de los propios instructores del curso. Así, gracias a esta pirámide transitiva, los maestros guiarán a su alumnado durante la segunda fase para que elaboren un trabajo de investigación, el verdadero corazón del programa. Según los profesores que han participado en anteriores ediciones, el programa, “es una forma muy interesante y creativa de empezar a trabajar en proyectos, y motiva muchísimo a los niños”.
Experimentación, indagación y descubrimiento
El contenido de las sesiones formativas se centra, primero, en la aplicación en el aula de experimentos relacionados con la temática de la edición. En estas primeras clases, los maestros se distribuyen en pequeños grupos de trabajo para poner en práctica los ensayos científicos que proponen los formadores, pero poniéndose en la piel de sus propios alumnos y conocer de primera mano cómo desarrollarlos después en sus aulas. Esta metodología provoca que a los maestros les surjan las preguntas que podrían hacerse sus alumnos y buscan las respuestas. “Se fomenta la experimentación, la indagación y el descubrimiento, con metodologías participativas y creativas”, según el testimonio de los asistentes.
Las últimas sesiones de la formación definen la propuesta que los docentes trasladarán a sus clases. Así, descubren la forma de iniciar una pequeña investigación con el alumnado sin entrar a saco con la teoría. ¿Cómo? Pues, buscando recursos cercanos a los niños, elementos cotidianos, de su día a día. “Se trata de hacer una pregunta e intentan averiguar la respuesta mediante diferentes experimentos”, explican.
Entusiasmo de los niños
Los participantes en el programa coinciden en que la propuesta funciona porque “los niños se acercan, entusiasmados, a la ciencia, descubriendo aspectos que de otra manera pasarían desapercibidos”, subrayan. Un claro ejemplo de esto es uno de los trabajos fruto de la edición de 2023 (cuyo eje temático era “Investigamos las relaciones entre los seres vivos”), desarrollado por los alumnos de 1º y 2º de primaria del centro La Marina. Este grupo de niños descubrió su latente vocación científica de la manera más inesperada. Después de las vacaciones, la cocinera de su centro educativo encontró escarabajos en la harina. Los alumnos, asombrados, se preguntaban cómo habían podido llegar hasta ahí los desagradables bichos y decidieron seguir investigando.
La casualidad también fue fortuna en la Escola Pere Lliscart: un árbol que había crecido en un muro despertó la curiosidad de los alumnos de quinto, que investigaron sobre las plantas que crecen en el cemento. “Con esta metodología, los escolares son capaces de descubrir datos y comprender cómo funciona el mundo que los rodea, indagan y contactan directamente con la ciencia”, asegura el profesorado. Y es que todo el proceso “es una experiencia única para los alumnos, que han recibido muchísimo de cada paso que íbamos construyendo”, añaden los asistentes a la formación.
Integrar el método científico
El objetivo final de todo no es otro que “integrar el método científico para aprender un contenido que forma parte del programa de la etapa educativa de los niños, de una manera creativa y dinámica”, subraya Madrona Rovira, gestora de proyectos de la FCRI. Esto es posible gracias al acompañamiento constante por parte de los formadores, que permite adaptar las propuestas que confecciona cada maestro a la etapa educativa concreta de su clase. Aunque el programa recomienda que se inscriban profesores de los últimos cursos de Educación Primaria (alumnos de entre 10 y 12 años), en ediciones anteriores han participado incluso maestros del segundo ciclo de Educación Infantil (de 3 a 6 años).
Uno de los maestros participantes en la tercera edición del programa relata que -durante el proceso de elaboración- sus alumnos “se han planteado una cuestión y han realizado diferentes investigaciones y comprobaciones para averiguar si aquello que pensaban era cierto, o para construir un nuevo conocimiento”. Casi como lo haría un científico profesional.
El Petit Congrés Científic
El programa culmina con una inmersión científica completa en la que los niños son los protagonistas: el Petit Congrés Científic. Este es el momento estrella de los menudos investigadores, porque se suben a un escenario para explicar a otros niños su experiencia como científicos. En distintas sesiones, en las que participan tres o cuatro clases, los alumnos plantean su pregunta inicial, sus primeras hipótesis y los experimentos que han realizado para responder a la cuestión.
Durante sus años de funcionamiento, Petits Talents Científics no ha dejado de crecer, tanto en reconocimiento como en participación. La primera edición (2021) contó con un total de trece maestros, de cinco centros educativos, y la formación fue completamente telemática, debido a las restricciones de la pandemia. La segunda edición fue la pionera en acoger el Congrés Científic, gracias a la implementación de un modelo híbrido que combinaba sesiones presenciales y telemáticas. En este segundo año se logró incrementar la cifra de asistentes a 18 maestros de ocho centros. El guarismo siguió aumentando en la tercera edición, con 21 maestros de ocho centros educativos inscritos. Este 2024 es el primer año en el que el quorum se ha mantenido estable, con 21 maestros de seis centros.
Programa recomendado
Los números no mienten, y en ciencias, menos: el programa es todo un éxito. Según los datos recogidos en la encuesta de evaluación final de la edición de 2023, el 100% de los docentes participantes recomendaría el programa a otros profesionales de la educación y el 90% repetiría la experiencia en futuras ediciones. De hecho, algunos centros (y, evidentemente, algunos docentes) se mantienen fieles al programa desde sus inicios y han participado puntualmente en las cuatro ediciones.
El secreto tras los laureles de esta experiencia formativa es que va mucho más allá de las 20 horas “teóricas” que reciben los profes. La estructura del curso permite poder aplicarla directamente en el aula ese mismo año, gracias al trabajo de investigación,y con los conocimientos adquiridos todavía frescos. De esta forma, el programa posibilita, en una única edición, visualizar el impacto que ha tenido la formación en el profesorado, en el momento de llevarlo a la práctica en el aula y, como no, en los alumnos, vía Congrés Científic.
Científicamente probado
Rovira asegura que Petits Talents Científics “es un proyecto alentador para todos los que participamos: docentes, alumnado, e incluso para las familias de los niños”. Por su parte, los profesores coinciden en que lo más bonito y motivador del programa es “poder ver a sus alumnos aprender por ellos mismos, disfrutar lo que han aprendido y explicarlo por su cuenta”. No hay nada que llene más a un maestro que ver a sus aprendices crecer, aprender y vivir la educación, dicen. Está científicamente probado. III