La Cooperativa Agrícola del Prat ha lanzado un sello de calidad para identificar sus calçots frescos y sostenibles, cultivados en el Parc Agrari del Delta del Llobregat. Además, la cooperativa combate el desperdicio alimentario creando una crema de calçots con verduras descartadas.
Con la temporada de calçots en pleno apogeo, la Cooperativa Agrícola del Prat ha lanzado su propio sello de calidad para comercializar sus calçots, que permitirá identificar este producto de kilómetro cero en el mercado. El sello de calidad indica que el producto es fresco, sostenible, ha sido cosechado en las últimas 24 horas y no ha estado en una cámara frigorífica. Los calçots que lleven este sello de calidad se diferenciarán rápidamente del resto de productos.
Según la Cooperativa, "el consumidor tiene derecho a identificar este producto de circuito corto de venta por el que apuestan nuestros campesinos". Así, el sello es el mejor sistema para señalar los productos de cosecha local y garantizar a los consumidores que cumplen los requisitos ya mencionados.
Los calçots marcados con este sello están cultivados en un terreno de excelente calidad, en el Parc Agrari del Delta del Llobregat. Esta zona cuenta con una tierra rica en minerales debido a su condición de suelo de aluvión, propio de los deltas, que ha acumulado material sedimentario durante muchos años. Como resultado, se han generado tierras altamente fértiles y ricas en minerales, lo que favorece la gran calidad de las hortalizas cultivadas. Estas hortalizas se caracterizan por su dulzura y ternura, y el calçot no es una excepción.
La lucha contra el desperdicio alimentario
Además de comercializar los excedentes de calçots de la temporada anterior, la Cooperativa Agrícola del Prat también vende una crema de calçots de elaboración propia, junto con la entidad social 'Espigoladors'. A través de su marca Es-Imperfect, que se dedica a producir conservas vegetales comprometidas con la sostenibilidad y la justicia social, la Cooperativa crea patés vegetales, mermeladas y cremas utilizando verduras descartadas del circuito comercial por ser imperfectas, ya sea debido a caídas de precio o excedentes de producción.
De esta manera, la cooperativa busca combatir el desperdicio de alimentos y dar una segunda vida a estos calçots. Esta crema, que es totalmente artesanal, se suma a las opciones que ya ofrece la Cooperativa: alcachofa, puerros, calabaza y calabacín.
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