La Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra han desmantelado una banda de cultivo y venta de marihuana en casas de lujo. Han sido detenidas 14 personas y se han incautado 7.000 plantas y 110 kg de marihuana lista para la venta. La organización, de origen iraní, contaba con una estructura jerárquica y realizaba fraude eléctrico para el cultivo.
Los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional han cooperado para desarticular una banda criminal dedicada al cultivo y a la venta de marihuana en casas de lujo. Uno de los miembros de la organización ha sido detenido en el Aeropuerto de El Prat.
En total, los agentes han detenido a 14 personas. En las entradas y registros a los seis chalets distribuidos a lo largo de la comarca del Maresme, los agentes han incautado un total de 7.000 plantas de marihuana y 110 kg de marihuana listos para su venta en el mercado ilegal europeo.
Según las investigaciones, la banda estaba formada por un ‘clan’ de origen iraní, con documentación holandesa. Los miembros centrales de la banda tienen, pues, vínculos de parentesco. De hecho, algunos de sus miembros ya tenían antecedentes por cultivo y tráfico de drogas en otros países.
Estructura jerarquizada
La banda tenía una firme estructura jerárquica, según han corroborado los agentes. Bajo la supervisión de los ‘jefes’ del grupo, la banda contaba con personas externas al clan para realizar ‘el trabajo sucio’ y así mantener su discreción. El grupo requería, pues, de los servicios de individuos ajenos para realizar tareas relacionadas con el cultivo, tratamiento, envasado y transporte de la droga.
Los jefes del grupo habrían alquilado varios domicilios en urbanizaciones de lujo del Maresme, que hacían las funciones de residencia y de plantación indoor. Los investigados elegían casas aisladas para mantener el mínimo contacto posible con el resto de los residentes de la zona. Según han descubierto los investigadores, los jardineros que trabajaban en las viviendas no eran conscientes de la red criminal.
Fraude eléctrico para el cultivo de marihuana
Según el ‘organigrama’ de la organización, algunos de sus miembros se encargaban de proveer suministros y equipos especializados para cultivar marihuana, mientras que otros controlaban varias empresas inmobiliarias para el alquiler de las viviendas y varios vehículos.
Los agentes también han podido corroborar que los investigados estaban cometiendo fraude eléctrico. En todos los registros de las viviendas, han detectado conexiones fraudulentas, que han resultado en una energía defraudada de 1,53 GWh y un valor de 383.469 euros. Esto equivale al consumo de una población de 438 viviendas.