Más de 950.000 personas en Cataluña conviven con la migraña: un mal que es la primera causa de discapacidad entre los menores de 50 años. Los especialistas relacionan los intensos dolores de cabeza con la ansiedad y la depresión y avalan los nuevos fármacos
Más de cinco millones de españoles padecen migrañas, aunque un 40% de casos está sin diagnosticar. Es la tercera enfermedad más frecuente en el mundo, con un gran impacto en la calidad de vida de quienes la padecen y, además, constituye la primera causa de discapacidad entre adultos menores de 50 años. Está directamente relacionada con la ansiedad y la depresión y afecta a casi cien mil personas en Cataluña. Una de ellas es Júlia Núñez, de 57 años, de Sant Boi, que sufre de migrañas desde los 19 años. “Es muy incierto, no sabes en qué momento va a aparecer el dolor. Estás durmiendo y te despiertas con un fuerte dolor o te da en el trabajo…”.
Son cifras grandes e impactantes para una enfermedad normalizada por la sociedad y con la que conviven muchas personas; con mayores dificultades a nivel social y de salud. Los avances médicos y la llegada de nuevos fármacos anticuerpos monoclonales ha supuesto un cambio en el tratamiento preventivo de la migraña, avance que se extenderá al tratamiento de rescate. Sin embargo, el equipo de Neurología del Parc Sanitari Sant Joan de Déu (SJD) de Sant Boi considera que deberían integrarse más profesionales de salud mental en las unidades de tratamiento de esta enfermedad neurológica.
Migraña episódica y crónica
“Existe la migraña episódica, que es la situación más frecuente, y luego la migraña crónica, cuando hay 15 o más días al mes de dolor de cabeza y al menos ocho de estos episodios de dolor de cabeza son en forma de migraña. Si nuestro médico de atención primaria no tiene tratamientos a su alcance nos harán llegar la petición a neurología,” explica Antoni Callén, facultativo del servicio de Neurología del Parc Sanitari SJD.
Las migrañas son mucho más que simples dolores de cabeza; desde dolores punzantes hasta la sensibilidad extrema a la luz y el sonido. La migraña está caracterizada por la presencia de crisis de dolor, episodios recurrentes de dolor de cabeza intenso y pulsátil, que puede durar horas o días, y que limita o incapacita la actividad habitual de la persona afectada.
Dolor muscular y craneal
“Hay cosas del día a día que no puedo hacer, Me supone un gran esfuerzo ir sitios con mucho ruido, incluso ir a trabajar… Estoy tensa. Me duele mucho la musculatura cervical, me duele la musculatura del cráneo y a veces el ojo. No veo bien, tengo un déficit visual importante. O hablo mal, cambiando unas palabras por otras (parafasias)”, revive con congoja Júlia Núñez.
Es una enfermedad altamente prevalente en la sociedad catalana, que a en ocasiones puede llegar a provocar una discapacidad acumulada que la sitúa entre las primeras causas de discapacidad por debajo de los cincuenta años. Sin embargo, hay esperanza para el alivio en el quehacer cotidiano de estas personas, como siempre, gracias a la ciencia y a la investigación. La migraña es un problema de salud neurológico en el que se juntan varios síntomas, es decir, no solo es un problema del dolor de cabeza, tal como lo entendemos, sino que además de este dolor de cabeza también se pueden añadir otros síntomas como puede ser las náuseas, vómitos, nos molesta la luz, el ruido, estamos más hipersensibles, irritables, más cansados… Es decir, todos estos síntomas es lo que generan lo que es el complejo que entendemos como migraña”, enumera Callén.
Desencadenantes variables
“Hay una serie de desencadenantes que variarán en cada paciente, habrá pacientes que los cambios climáticos, subidas y bajadas de presión atmosférica, días que hace mucho viento… pueden actuar de desencadenante de la de la migraña. También algunos alimentos como puede ser el vino tinto o el chocolate en la mujer, durante el periodo fértil, en los cambios hormonales, en los cambios de ritmo del sueño, etc. Esto nos puede influir y también las situaciones de estrés,” advierte el facultativo del servicio de Neurología del Parc Sanitari SJD.
La paciente de migrañas de Sant Boi insiste en que la enfermedad actúa a tración. “Te ataca en cualquier momento, a cualquier hora. No se puede programar ni prever. Es igual que estés durmiendo o despierta. O trabajando… No dormir las horas necesarias afecta, los alimentos, también. Yo no puedo tomar nada de alcohol. Ni fresas, ni soja ni frutos secos. También me perjudican y las zonas muy concurridas o los cambios atmosféricos. En primavera y en otoño suelo tener más brotes. Las pantallas de ordenador influyen o la agudeza visual... En cada persona es diferente y te obliga a aprender a conocerte”, enumera resignada Júlia
Abuso de los analgésicos
Hay una situación concreta en el dolor de cabeza, a la que Callén denomina como ‘cefalea crónica diaria’, que viene desencadenada “por un abuso en el consumo de analgésicos” y que provoca cambios en la sintomatología de las migrañas y en sus características, transformándolas. “Los analgésicos generan una especie de dependencia que hace que el organismo los reclame continuamente para intentar aliviar los dolores de cabeza”, describe el neurólogo del Parc Sanitari. La dependencia acaba siendo contraproducente porque el cuadro clínico “es más complejo de tratar”, asevera el facultativo. “La migraña se vuelve rebelde al tratamiento”, advierte Callén, lo que a la larga derivará en una discapacidad de quien la padece.
Júlia Núñez relata que ha tenido “tres estatus migrañosos de más de diez días de dolor de cabeza continuo que no había forma de parar y he llegado a quedarme sin vista en uno de los ojos, concretamente en el izquierdo”. Y reconoce con pesar que “los síntomas y las características de la migraña han cambiado con los años, pero no sabría decir si para mejor o para peor. simplemente, es diferente”, afirma la paciente de Sant Boi.
Tratamientos innovadores
Más allá de esta realidad, cabe cierto optimismo si miramos hacía el futuro. Ya existen tratamientos innovadores que mejoran la calidad de vida de las personas que conviven día a día con migrañas. Pero únicamente algo menos de la mitad de los pacientes que necesitarían tratamiento lo están recibiendo. Esto se explica porque la enfermedad está infradiagnosticada. Lo que sí está claro es que un paciente migrañoso lo será de por vida -pues la enfermedad no puede erradicarse- pero es posible una esperanzadora mejora de su calidad de vida de estas personas. Actualmente, la migraña puede tratarse con medicación de rescate, (para el ataque agudo, que habitualmente es suficiente para aquellas personas que tienen menos de cuatro crisis al mes) o con tratamientos preventivos (indicados para personas con más de cuatro días de migraña al mes o con crisis invalidantes (se ha demostrado que a partir del cuarto día la calidad de vida del afectado disminuye).
El tratamiento agudo, es decir, para cuando aparece la migraña, se toma puntualmente mientras que el tratamiento preventivo se prolonga durante una temporada. En cualquier caso, el tratamiento siempre “se individualiza según las necesidades del paciente”, subraya Toni Callén. Y siempre se recomienda “cuidar la alimentación, hacer ejercicio físico, evitar el estrés y descansar correctamente”, agrega el neurólogo.
Monoclonales
El tratamiento prescrito actualmente a Júlia Núñez se basa en los monoclonales. “He pasado por millares de tratamientos y el que ahora me funciona son los monoclonales. La verdad es que me ha ayudado mucho, he ganado en calidad de vida. Ya no me levanto cada día con dolor de cabeza si no que me levanto solo algún día con dolor de cabeza. Sin embargo, no todos los días puedo hacer realmente lo que se dice una vida normal,” admite la aquejada samboyana.
Las migrañas son frecuentes entre adultos jóvenes, especialmente mujeres. Es habitual causar baja laboral por padecer estos estos dolores de cabeza o no rendir correctamente. Según Callén, muchas veces los pacientes no llegan a consultar si sufren la migraña y no acceden a la medicación que les podría ayudar.
Falta de diagnóstico y automedicación
“La falta de diagnóstico lleva al paciente a automedicarse, arriesgándose a transformar esta migraña en la antes mencionada ‘cefalea crónica diaria’ por abuso de analgesia (que aparece cuando se consumen más de 15 unidades de analgésicos al mes)”, destaca Callén, quien recomienda que no se supere la barrera de las diez unidades mensuales. “Para controlar una migraña hay que plantear otros tipos de tratamientos, como los preventivos,” matiza. Nada de automedicación.
La experiencia de los neurólogos y psiquiatras ha demostrado la existencia de un vínculo directo entre la migraña (enfermedad neurológica) y los trastornos de salud mental. La depresión y la ansiedad, que acompañan hasta a un 50% de los casos de migraña, son los dos problemas de salud mental más vinculados a esa enfermedad. En menor medida, la migraña también tiee relación con el trastorno bipolar, el estrés postraumático, el TDAH y el trastorno por consumo de sustancias. Esta realidad está cada vez más presente en una sociedad que empieza a concienciarse. Eso ha llevado a los profesionales a pedir que se establezcan puentes entre los servicios de neurología y psiquiatría.
Conclusión de las jornadas
Esta fue una de las principales conclusiones de la jornada sobre la migraña celebrada hace unos meses en el Parc Sanitari SJD, en la que se debatieron estrategias para mejorar la vida de los afectados, el futuro de la enfermedad y los posibles tratamientos, con el objetivo de visibilizar una enfermedad cada vez más normalizada. III